Itongadol.- En una entrevista con la Agencia Judía de Noticias en Buenos Aires, Joao Koatz Miragaya, expresó: “Creo que la kehilá está muy bien organizada y es tan grande, hay tantas instituciones. Percibí, por un lado, que muchas veces hay cooperación y otras veces no tanto, y a mí me gustaría, si en algo puedo ayudar, que hubiera más cooperación entre algunas instituciones, en especial de las tnuot nohar”.
-¿A qué se debe su visita a Buenos Aires?
-Estoy aquí como sheliaj, enviado de la Agencia Judía para Israel, la Sojnut Haieudit, y también de las Tnuot Nohar (movimientos juveniles) Hejalutz Lamerjav y Etz Jaim. Mi función acá es trabajar con todos los programas de la Sojnut: educación, alia, Masa y programas que involucran la llegada de gente a Israel, no necesariamente para vivir allá, sino para otros programas. Difundir educación judía, no sólo por Buenos Aires, sino por toda la Argentina. Esto lo haremos por la Sojnut y por medio de las tnuot, los movimientos juveniles Hejalutz y Etz Jaim.
-¿Cómo llegó a la Argentina, cual era tu rol en Israel?
-Soy de Brasil, de Río de Janeiro. Participé allá de la vida comunitaria activamente, soy boguer de Tnuat Nohar (joven que completó su permanencia en un movimiento juvenil sionista) de allá; estudié en una escuela judía y di clases en otra escuela judía. Trabajé en el Beit Hakneset Ari, que es una sinagoga reformista en el área de educación. Cuando estudiaba también fui colaborador del Museo Judío de Río de Janeiro. Yo estudié Historia en Brasil, terminé mi graduación allá, me recibí e hice aliá a Israel en el 2009. Desde que llegué, continúe trabajando en la educación judeosionista; trabajé en el movimiento Habonim Dror, en el Shnat Hajshara (año de educación en Israel de los miembros de un movimiento juvenil), también en el Majon le Madriji JUL (seminario para instructores del exterior israelí) durante algunos años; y estudié mi segundo título, el Master, en Historia General. Durante casi todo el tiempo de mi vida estuve involucrado en la educación judeosionista en diversas instituciones en Brasil, también en Israel y ahora acá, en Argentina.
-¿Por qué se decidió ahora en Israel que venga a la Argentina? ¿Es una coincidencia, es una casualidad o tiene que ver con un momento especial?
-No es una casualidad o es un poco una casualidad. Hay que aclarar que mi esposa es argentina y también es shlija (enviada) de Habonim Dror en Argentina. Esto no tiene tanto que ver con que nosotros estamos acá ahora, tiene que ver que ella también estaba trabajando con sionismo en Israel, que nosotros teníamos la facilidad del idioma y que salir de shlijut siempre lo teníamos en consideración porque vemos que es una forma de contribución para la educación judeosionista que nosotros tenemos que dar. ¿Por qué Argentina? Yo creo que Argentina es el desafío más grande que tenemos en toda Latinoamérica. Primero, porque es de lejos la kehilá más grande que hay, hay dos veces más judíos en Argentina que en Brasil, que es la segunda más grande. Segundo, que es un desafío para mí que no conozco la kehilá de acá, y para ella que salió de acá con 16 años, volver acá y comprender cómo son las cosas ahora y, en tercer lugar, porque el puesto que ocupan las Tnuot Nohar en Argentina no es tan fuerte como fue en el pasado, y esto aumenta el desafío, el potencial de conquistas que podemos tener acá, lo que hace a nuestro trabajo más relevante en este punto. Yo creo que el momento actual de Argentina políticamente no está exactamente involucrado, pero el momento de la kehilá, de la comunidad judía en la Argentina, sí es relevante para nuestra decisión, porque creemos que con el potencial que tiene Argentina se hacer un trabajo espectacular acá, hay mucho que hacer.
-¿Las Tnuot pueden volver a crecer como un fenómeno social judío en la Argentina?
-Yo estoy seguro de que sí.
–¿Por qué?
-Yo estoy seguro de que pueden crecer, no de la misma forma que antes. O sea, el papel de las tnuot nohar, de los movimientos juveniles sionistas, hoy en día en el mundo post moderno que vivimos hay que hacer un papel distinto. También porque sabemos que Israel ya no necesita más tanto como antes aliá para kibutzim…
-¿Ideológicas?
-Ideológicas siempre necesita, pero numérica ya no más tanto. Como israelí hablando, para mí cuanto más judíos acostumbrados a una tradición democrática o con una realidad democrática, como Argentina, gente con un conocimiento, con estudios que lleguen, es mejor. Hablo como israelí, pero entiendo que la mayoría de la gente ya no va más a Israel como iba antes, por lo menos. Y las tnuot ya entendieron esto. Nuestra forma de actuación es el fortalecimiento de la identidad judía por medio del sionismo. O sea, si el sionismo, en el pasado, la forma de la identidad judía podía ser solamente la religión, la familia o la propia vida en el shtetel (pueblito), en algún momento pasó por la Shoá. La Shoá también es un elemento de identidad judía fuerte, o sea, los judíos se identifican infelizmente con algo trágico que pasó. Hay algo muy positivo en la identidad judía actual que es el sionismo, que es el hecho que los judíos hoy en día tienen. Como que se autoemanciparon, como todos los pueblos, tienen un Estado que, a pesar de todas las controversias que pasa allá, es algo muy lindo que pasó en la historia reciente judía. Israel es un país que tiene cosas buenas y cosas malas, como todos los países, pero las cosas buenas de Israel son algo a lo que nosotros tenemos que apegarnos siempre. Yo creo que las tunot pueden volver a ser fuertes porque se hacen por gusto, placer, lo que la gente busca acá y en todos lados, que es la lucha contra la asimilación, el fortalecimiento de la identidad judía de la forma más positiva que hay, con dinámica, de una forma divertida, de una forma que jóvenes se encuentran, y creo que falta un poco que la comunidad de Buenos Aires perciba el importante papel que tienen las tunot, y abra más las puertas a las tunot.
-¿Por dónde se empieza?
Yo creo que las tnuot solas no consiguen abrir la puerta de la kehilá. Yo creo que la comunidad acá, en Buenos Aires, tiene que hacer más lo que en hebreo se dice shituf peula, cooperación, con las tnuot. Yo creo que hay cosas muy lindas que las escuelas judías hacen, que hay cosas muy lindas que los clubes hacen, y que las sinagogas hacen, y que otras organizaciones hacen; y a veces hacen la escuelas y el club, la escuela y la sinagoga, y el club y la sinagoga, y las tunot muchas veces son dejadas de lado. En el interior esto anda muy bien, donde está Hejalutz, en todo el interior esto va muy bien porque la kehilá allá percibe que la tnua es un socio, es más un elemento para fortalecer la identidad judía, y en casi todo el interior la tnua tiene una fuerza muy grande porque la kehilá percibe que la tnua es lo que falta para que todo esté completo.
-Este esquema, ¿va a reforzar el interior o va a tratar de que se pueda instalar en Buenos Aires?
-Los dos. Trabajo mucho en el interior, porque Hejalutz actualmente en Buenos Aires no está muy fuerte, pero en el interior es la más fuerte de Argentina. Voy a estar viajando mucho, ya conozco mucho, con excepción del norte del país, que no tenemos ningún ken (nido, pero utilizado como sede de las tnuot nohar), en el resto del país estamos: en el sur, en Cuyo o en la región de Santa Fe, estamos en todos los lados; pero también tengo a Etz Jaim en Buenos Aires, que es fuerte y yo quiero que Hejalutz vuelva a ser fuerte en Buenos Aires. Hasta donde mi tiempo vaya, yo me voy a dedicar a que ellos vuelvan a ser fuertes acá. Pero también, quiero aclarar que mi trabajo no es sólo con las tnuot. El sheliaj, que es enviado por la Agencia Judía a la Argentina, tiene que trabajar con todas las organizaciones judías que están interesadas en cooperar y como en cualquier momento, como yo fui profesor también un tiempo, voy a operar con las escuelas, con los clubes, con cualquier parte yo estoy disponible, me pongo a la disposición para que me busquen porque mi trabajo fue ser enviado de Israel para ayudar en todo lo que pueda, donde pueda ayudar estoy contento de ayudar.
-¿El camino sigue siendo el mismo? ¿Aquellos jóvenes que van a una tnua, que van a un ken, la aliá sigue siendo el objetivo?
-Depende de la tnua, y ya no es el objetivo de casi ninguna de ellas. Pero también en las tnuot, que es el único objetivo, tenemos que ser realistas, no es lo que pasa. No pasa en ninguna tnua que más del 20 por ciento de la gente haga aliá. Entonces tenemos que ser realistas: la gente no quiere más hacer aliá, si antes era una decisión colectiva, hoy es una decisión es individual, yo hago porque yo quiero, no porque mi movimiento cree. O quien tuvo contacto, quien tuvo a Israel presente en su vida va a tener más chance de hacer aliá. Pero yo creo que el número no pasa del 20 por ciento de la gente de tnua que hace aliá. Es un fenómeno normal, no quiere decir que es malo ni que es bueno. Pero yo veo que uno que está seguro que Israel es su lugar, Israel va a estar siempre de puertas abiertas. Pero si no está seguro hay mucho trabajo que se puede hacer también acá en la Argentina para la continuidad de la vida judía y del propio sionismo, también desde lejos.
-¿Cómo ve la kehilá argentina en general y cómo está viendo la educación judía?
-Yo recién llegué, hace dos meses. Obvio que escuché mucho de acá, pero no tuve la oportunidad de ver mucho. Hasta ahora no conseguí encontrarme con las escuelas, pero recién hoy empecé a buscarlas porque me parece importante. De acá en Buenos Aires hablo. En el interior sí tuve la oportunidad de hablar con sinagogas, con clubes, con escuelas. Veo que acá hay muchas instituciones muy fuertes, y que trabajan muy bien. Veo que acá también hay un número muy grande de asimilación, que pasa en todos los lugares del mundo, Argentina no es distinta de todos los otros lados y acá también hay. Creo que la kehilá está muy bien organizada y es tan grande, hay tantas instituciones, que no sé cuánto tiempo voy a quedarme acá, pero creo que al final no voy a conocer todas las instituciones que hay acá, de tantas que son, y esto está bárbaro. Percibí, por un lado, que muchas veces hay cooperación y otras veces no tanto, y a mí me gustaría, si en algo puedo ayudar, que hubiera más cooperación entre algunas instituciones, en especial de las tnuot nohar, porque hay muchos tipos de educación. Hay educación formal, educación no formal, hay educación que te entra por la cabeza de cualquier contacto, de cualquier persona en la calle, y yo creo que donde se puede hacer un balance de dónde puede venir educación de este tipo acá, de este tipo allá, va a ser siempre mejor para los jóvenes, así que hay que estar abierto a todo.
-¿Quiénes son sus jefes políticos?
-Mis jefes políticos son la Agencia Judía desde Israel, yo soy un sheliaj enviado por la Agencia Judía y por Hejalutz Mundial, que tiene su oficina en Israel. Ellos son los que promueven la llegada del sheliaj en este caso. Siempre, como en el caso del sheliaj de tnua, la Agencia Judía y la propia tnua.
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