El proyecto ha sido entregado a la secretaría del Parlamento, o Knéset, por el diputado ultranacionalista israelí Arié Eldad, para que sea debatido en el Pleno.
Según la propuesta, el Gobierno israelí deberá autorizar cualquier entierro dentro de la ciudadela de Jerusalén, donde se encuentra la Explanada de las Mezquitas.
En la Explanada están ubicadas las mezquitas de Omar y Al-Aksa, esta última tercer templo más sagrado para el Islam después de La Meca y Medina.
Los judíos conocen ese mismo recinto por el nombre de «Monte del Templo», porque era allí donde una vez estuvieron ubicados los Templos de Jerusalén descritos en la Biblia.
Eldad, de la ultranacionalista Unión Nacional, trata de impedir así que Arafat cumpla en el futuro su sueño de ser inhumado en dicha explanada, como lo han hecho hasta ahora otras personalidades árabes y palestinas, entre ellas el ex encargado de las cuestiones de jerusalén en la ANP, Faisal Husseini.
La edición electrónica del diario israelí «Yediot Aharonot» informa de que una familia palestina que dispone de un recinto privado para sepulturas en el muro occidental de la Explanada ya le ha ofrecido a Arafat un lugar para su reposo eterno.
A fin de impedirlo, el parlamentario israelí trata de extender a toda la ciudadela una histórica costumbre judía que data de épocas bíblicas y que impide el entierro de personas en su interior.
La única vez que los judíos violaron esa costumbre desde hace 2000 años, dice Eldad, fue durante el asedio a Jerusalén en 1948, durante la Primera Guerra Arabe-Israelí.
«Los ocupantes árabes han comenzado a enterrar en el Monte del Templo para consolidar su nueva política de hechos consumados, religiosos y políticos, dentro de Jerusalén», dice el parlamentario nacionalista para justificar su proyecto de ley.
En respuesta, el diputado árabe-israelí Ahmed Tibi, ex asesor de Arafat, manifestó al diario que «hasta ahora Eldad y sus amigos no nos dejaban vivir (a los palestinos), ahora tampoco nos van a dejar morirnos».
Y sentenció: «Eldad ha intercambiado el valor sagrado de la vida por un culto compulsivo a la muerte». EFE el/jam
170