Siria amplió sus relaciones con Francia, el presidente sirio se abrazó con Saad Hariri, el nuevo premier de Líbano y EE.UU. dice que enviará pronto un embajador ¿Está Oriente Medio mejorando?
En verdad, el escenario es delicado. Todos los jugadores en la región y al máximo nivel internacional están concentrados para intentar salir de la situación crítica. El presidente Obama, en su histórico discurso en El Cairo, puso una plataforma para la paz en Oriente Medio. Nosotros valoramos ese discurso de un modo optimista, pero nos dijimos, mejor esperar y ver, wait and see.
¿Y qué vieron?
El presidente Obama cambió slogans peligrosos de la era de (George) Bush sobre el terrorismo islámico o la guerra preventiva. Propuso la diplomacia en lugar de esa guerra y una cooperación regional contra la violencia. Vimos con agrado esa apertura, el cambio que expresaban sus palabras.
¿Qué no funcionó?
Pensamos que con esos slogans en el futuro próximo llegaríamos a la paz. ¿Qué pasó? Que la reacción del gobierno de (el premier Benjamín) Netanyahu y (el canciller Avigdor) Lieberman fue muy fuerte contra este discurso de Obama. Israel rechazó, por ejemplo, cualquier tipo de congelamiento de los asentamientos en Cisjordania y en Jerusalén. El gobierno de Netanyahu anunció, en cambio, que establecerá más colonos en Jerusalén, que el discurso de Obama citó como capital para ambos países. Esta reacción del gobierno israelí dejó en la región una atmósfera pesada de sospecha y la gente muy defraudada.
¿Creen que Obama cambió?
Es complicado. EE.UU. es la única superpotencia que puede presionar o convencer a Israel de retirarse de los territorios árabes ocupados. Vimos al presidente Obama muy entusiasta para lograr una paz en Oriente Medio pero ya ha pasado un año de eso. La paz es una cuestión de voluntad política. Al gobierno israelí le falta esa voluntad para una paz verdadera que solo puede darse pagando los costos necesarios.
¿Cuáles serían esos costos?
Se deben devolver los territorios; se debe reconocer al pueblo palestino su derecho a establecer un Estado; devolver el Golan sirio y los restantes espacios. La normalización de los vínculos entre el mundo árabe e Israel tiene el costo para Israel de retirarse hasta la frontera vigente en junio de 1967 (Guerra de los Seis Días), ésta es la esencia de la iniciativa de paz árabe (N de la R: propuesta rechazada por los sectores fundamentalistas que plantea reconocimiento y paz con Israel por los estados de la Liga Árabe a cambio de la vuelta a esas fronteras) votada por unanimidad en marzo de 2002 en Beirut: paz por territorio.
Hay quienes creen que el conflicto con Israel excede esa cuestión …
No. El problema con Israel es la ocupación territorial. Hay quienes creen que el conflicto es por intolerancia, religión, choque de culturas. No es verdad. El problema es la ocupación de los territorios árabes. Si eso termina, el mundo árabe no tendrá ya problemas.
¿La amenaza del gobierno iraní de destruir a Israel no conspira con esa posición que usted defiende?
No debemos desviar el discurso que es que nosotros, los árabes, (N de la R: Irán es persa) hemos declarado, hemos escrito un pacto de aceptar territorios a cambio de paz. El conflicto se disolverá si Israel termina con la ocupación.
Obama ordenó políticas de acercamiento con Siria, ¿funcionan?
Todo eso han sido discursos buenos. Mandó a su enviado especial George Mitchel y a altos funcionarios del Departamento de Estado y han declarado que enviarán embajador muy pronto. Hablaron de la paz. Pero esos discursos lamentablemente no se han confirmado, al contrario. La administración actual ha renovado las sanciones contra Siria.