El recién nacido, un macho, mide 90 centímetros y pesa 100 kilos, precisó Sittidet Mahasawangkul, del Centro de Protección de Elefantes de la provincia de Lampang (norte del país).
El pequeño elefante nació el miércoles de una madre de 24 años inseminada artificialmente en junio de 2005, con esperma de un elefante de 15 años de Israel y trasladado a Tailandia, explicó este veterinario.
«El bebé y la madre están bien», aseguró este responsable, quien añadió que el nacimiento «trae esperanza porque se trata del primer éxito de inseminación artificial en Tailandia y Asia».
Los elefantes son un símbolo nacional en Tailandia, aunque su número disminuye de año en año. La población total se estima en cerca de 5.000, con unos 2.000 de ellos en estado salvaje.