Itontgadol.- (The Jerusalem Post) Casi mil soldados perdieron la vida desde que Israel lanzó su invasión de la Franja de Gaza tras la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre de 2023. Además, 16.000 soldados resultaron heridos en los combates.
Vale la pena recordar estas cifras ahora que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) amplían su invasión de Gaza tras el fracaso de las negociaciones para conseguir la liberación de los 59 rehenes que permanecen cautivos en el enclave costero palestino, 24 de los cuales se presume que están vivos.
Desde el comienzo de la reanudación de los combates, murieron muchos altos cargos de Hamás, además de cientos de civiles. El lunes, por ejemplo, en un indicio de la ampliación de la invasión, las IDF rodearon Tel Sultan en Rafah y maniobraron hacia el este de Khan Younis.
Las IDF también destruyeron más de 100 camionetas de Hamás en la Franja, que, según dijeron, eran un aspecto importante de la invasión de Hamás del 7 de octubre.
Tanto el gobierno israelí, liderado por Netanyahu, como las IDF, explican estas maniobras como un intento de presionar a Hamás para que vuelva a la mesa de negociaciones. Sin embargo, con gran parte de Gaza destruida en los 18 meses de guerra, no está claro en qué medida la destrucción de camiones contribuirá a lograr esos objetivos.
El lunes, Hamás publicó otro video propagandístico, esta vez de los rehenes Elkana Bohbot y Yosef-Haim Ohana. Bohbot, de 35 años, y Ohana, de 24, fueron secuestrados en el Festival Musical de Nova el 7 de octubre.
Las imágenes muestran a Bohbot y Ohana sentados en el suelo, con aspecto pálido. Ohana explicó que las condiciones que habían soportado antes de que comenzara el alto el fuego eran difíciles.
»Casi no había comida y no había ningún lugar seguro», expresó Yosef-Haim. Testimonios como éste consiguen lo que se proponen: derretir la determinación de un país agotado por la guerra y en desacuerdo sobre cómo llevar a los rehenes a casa.
Protestas contra el gobierno
Una nación unificada entró en guerra contra Hamás después del 7 de octubre, pero ahora Israel es un país diferente, marcado por las protestas contra el gobierno por lo que los manifestantes consideran una política que antepone la eliminación de Hamás a la liberación de los rehenes.
Por supuesto, las manifestaciones también se dirigen contra los planes del primer ministro Benjamín Netanyahu de destituir al jefe del Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel), Ronen Bar, y a la fiscal general, Gali Baharav-Miara, contra la renovada legislación de reforma judicial y, en general, contra Netanyahu.
A pesar de esto, una cosa es segura: los israelíes no se manifiestan en contra de Hamás, la razón principal por la que los rehenes siguen en la Franja de Gaza. Teniendo en cuenta que no hay posibilidades de que un ciudadano israelí presione a Hamás para que »los traiga a casa», las protestas se centran únicamente contra el gobierno de Netanyahu por su supuesta intransigencia o falta de voluntad para hacer un esfuerzo adicional.
Pero, ¿qué significa realmente »traerlos a casa ya»? En las semanas transcurridas entre la última liberación de rehenes y la reanudación de los combates, no parecía haber ningún movimiento hacia un nuevo acuerdo entre Israel y Hamás para continuar con la fórmula desigual de rehenes por terroristas/reclusos palestinos.
¿Es la esperanza y la exigencia de los manifestantes que Israel acceda a una retirada total de Gaza y deje a Hamás el control del enclave costero, aunque no haya garantías de que Hamás libere a todos los rehenes?
No hay forma de saber si la vuelta a la guerra, que fue respaldada fuera del gobierno por personas como el ex ministro de Defensa Yoav Gallant -a quien Netanyahu despidió-, acelerará el ablandamiento de la determinación de Hamás o si simplemente pone a los rehenes en mayor peligro.
Pero lo que sí sabemos es que esta vez será más difícil para todos. La nación pasó la mayor parte de 2024 con el corazón en un puño cada mañana, cuando se anunciaban las bajas del día anterior. Día tras día, los nombres y las imágenes de jóvenes israelíes de caras frescas que perdían la vida defendiendo a su país -a los que aún les quedaba mucho por vivir- aparecían en los titulares, seguidos de los desgarradores funerales y las entrevistas en radio y televisión con los seres queridos de los caídos.
¿Estamos preparados para volver a esos días, pero esta vez más desunidos y desgarrados internamente por la estrategia y los objetivos de otro conflicto prolongado?
Volver a la batalla contra Hamás puede ser la única opción que nos quede, pero antes de que la invasión se convierta en un hecho consumado y se vea una presencia israelí en toda Gaza, como advirtió el ministro de Defensa Israel Katz, es imprescindible que Netanyahu y el jefe del Estado Mayor, el teniente general Eyal Zamir, expliquen con claridad a los israelíes la estrategia a seguir y apuntalen la legitimidad interna de una campaña que, una vez más, exigirá enormes sacrificios.
Se lo debemos a los que van a tener que luchar y a los que llevan cautivos más de 500 días, cuyo tiempo se agota rápidamente.