Itongadol.- La startup israelí de biotecnología Itay&Beyond anunció que está cultivando tejido cerebral sintético a partir de células madre de orina de pacientes para probar fármacos neurológicos, entrenando los chips mediante videojuegos para detectar el autismo y otros trastornos cerebrales.
Este tejido también podría utilizarse para desarrollar tratamientos para este tipo de trastornos neurológicos. Se trata de la única empresa que desarrolla tejido cerebral a partir de células de la orina de los niños y enseña a ese tejido a participar en videojuegos con fines de análisis.
Fundada en 2021, Itay&Beyond desarrolló una plataforma que crea redes neuronales funcionales y semi orgánicas capaces de transmitir señales eléctricas -esencialmente un ‘‘cerebro humano en un chip’’- que pueden utilizarse para probar posibles tratamientos de afecciones como el trastorno del espectro autista (TEA), la epilepsia, la esquizofrenia, la depresión, el Alzheimer y el trastorno bipolar.
Si bien su tecnología puede servir para diversos grupos demográficos, Itay&Beyond hace especial hincapié en ayudar a los niños con estas afecciones.
‘‘Consideramos el tejido como un procesador, porque el cerebro humano es un procesador de información’’, expresó Nisim Perets, director general y cofundador de Itay&Beyond, con amplia experiencia en codificación neuronal y desarrollo de fármacos neurológicos.
Perets explicó que se preguntan ‘‘si un fármaco mejora el procesamiento de información del tejido y si esa mejora es comparable a la de un grupo de control’’.
El sistema basado en chips crea una onda cerrada, estimulando el tejido orgánico con electricidad, imitando características y funciones cerebrales cruciales, y registrando su actividad eléctrica.
Asimismo, la empresa israelí también desarrolló métodos para diagnosticar afecciones neurodivergentes en estas redes neuronales basadas en chips, enseñando a los chips a jugar a videojuegos y observando su comportamiento.
Itay&Beyond entrena a estos procesadores neuronales como los desarrolladores entrenan a los sistemas modernos de IA, lo que les permite distinguir entre tejidos cerebrales con autismo o epilepsia frente a grupos de control.
Según Perets, este método es el más sencillo para las poblaciones sensibles con las que trabaja la empresa.
‘‘Tomar biopsias de niños con trastornos neurológicos y psiquiátricos -especialmente autismo o esquizofrenia- es una misión difícil. Hay muchas cuestiones legales al respecto, a veces se oponen y también podría traumatizarlos. Así que cuando trabajas con estas comunidades tan sensibles, quieres procedimientos lo menos invasivos posible’’, aseveró Perets.
El director general de la empresa reconoció que el método de extracción de células madre centrado en la orina está menos optimizado que otras alternativas, pero es bastante más accesible y menos invasivo.
Una vez que tienen las muestras de orina en cuestión, se dedican a una estrategia bioquímica para reprogramar las células de la orina y convertirlas en células madre, que luego se convierten en ‘‘tejido cerebral pequeño y funcional’’.
La startup colabora actualmente con el Centro Médico Universitario Hadassah y Schneider, el mayor hospital infantil de Israel, trabajando con pacientes voluntarios bajo supervisión médica.
Cabe destacar que cada cerebro en chip se personaliza según el paciente, lo que puede permitir el desarrollo de tratamientos muy específicos.
A pesar de los retos a los que se enfrenta, como demostrar la viabilidad de la tecnología y llevar a cabo las operaciones durante la guerra de Israel -que provocó problemas de suministro, financiación y logística-, la empresa está recaudando otra ronda de financiación para ampliar su tecnología y completar hitos clave.
Itay&Beyond cree que su enfoque ofrece ventajas frente a los competidores que utilizan biomarcadores moleculares, que Nisim describe como de ‘‘dudosa tasa de éxito’’.
La innovación de la empresa no consiste en células madre basadas en la orina ni en cultivar cerebros en chips de ordenador. La clave de la innovación de la empresa está en encajar varias piezas preexistentes en un proceso único que sirve para el propósito exacto para el que fue concebido.
De esta manera se aborda un problema crítico en el desarrollo de fármacos: la bajísima tasa de éxito de los tratamientos para trastornos neurológicos cuando pasan de las pruebas preclínicas (normalmente con animales) a los ensayos clínicos en humanos.
Según la investigación de la empresa, ‘‘en los últimos 20 años, la FDA (La Administración de Alimentos y Medicamento de Estados Unidos) sólo aprobó cinco fármacos para estas afecciones’’, lo que representa menos de un 1% de éxito a pesar de que 245 millones de niños y adultos de todo el mundo necesitan mejores soluciones.
Fuente: Israel21C