Itongadol/AJN.- El secretario general del Congreso Judío Latinoamericano, Saul Gilvich, dialogó con la Agencia Judía de Noticias (AJN) sobre su reunión con el Papa al cumplirse 50 años de Nostra Aetate, la Declaración del Concilio Vaticano II que el 28 de octubre de 1965 impuso un cambio en la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas. Además, opinó sobre la próxima visita del presidente iraní al Vaticano.
"Sobre la trascendencia de la fecha, los 50 años desde que se aprobó la encíclica Nostra Aetate, que reúne las relaciones de la Iglesia católica con las otras religiones monoteístas. Lo trascendente no fue la reafirmación, sino que hubo un acto inter confesional en San pedro con unas declaraciones del Papa muy admirables y muy apreciables con relación a las torturas de la iglesia católica frente al judaísmo”, destacó Gilvich.
“En la reunión privada que tuvieron las autoridades del Congreso Judío Mundial con el Papa se le consultó que opinaba sobre los que bajo el título del anti-israelismo ocultaban su antisemitismo y el Papa concordó que cualquiera de esas prácticas era criticable. Creo que fue una fecha muy trascendente y terminamos una larga historia de cargar con una culpa que complicó la vida de los judíos", agregó.
En la reunión participaron el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, junto con el presidente de la Junta Directiva y la tesorera de la organización, David Rothschild y Chella Safra, respectivamente, más el presidente del Congreso Judío Latinoamericano, Jack Terpins, y su director ejecutivo, Claudio Epelman.
“Nosotros participamos de una audiencia general en un lugar especial que se nos había asignado en una de las audiencias que convoca casi 50 mil personas. Lo especial de esa audiencia fue que se le pidió a la encíclica Nostra Aetate, en atención a la delegación del Congreso Judío Mundial que fue la que asistió en nombre del mundo judío a esta reunión, que no se terminara la audiencia general con el rezo del padre nuestro como es habitual”, detalló el secretario general del CJL.
Con respecto al diálogo religioso en América Latina, resaltó que “hace mucho que el Congreso y alguna otra institución tiene relación con la Confederación episcopal de América Latina. Una cosa es la encíclica y lo que establece, y otra cosa es cómo el concepto de que los judíos no son los pánfilos judíos que se les pedía la salvación en la semana santa, llegue al pueblo católico. Creo que todavía hay mucho trabajo que hacer, pero estamos en una etapa en la que el diálogo con la Iglesia católica y con otras confesiones cristianas se realiza en un ambiente de cordialidad donde se buscan los puntos de contacto para las acciones que se pueden hacer en conjunto y no discutimos sobre teología, que no nos vamos a poner de acuerdo, porque los sistemas ideológicos no se tocan en ese ámbito. Pero se está trabajando y con este Papa se está incrementando su posición respecto al diálogo y se ha incrementado las relaciones con las autoridades locales, en cada uno de los países, de la Iglesia católica”.
“El Congreso está trabajando a nivel mundial en el diálogo con la iglesia católica y tiene especial trascendencia en América Latina, porque es uno de los lugares donde más influencia sigue teniendo de la Iglesia católica. También se empezó a trabajar con éxito relativo con determinados sectores musulmanes que son adeptos al diálogo y que están en camino de buscar la convivencia y no del odio”, finalizó.
Por último, consultado sobre la próxima visita del presidente de Irán, Hasán Rouhaní, al Vaticano opinó: “Pienso que el Estado Vaticano cumple una función específica y debe mantener relaciones con todas las naciones, es un vínculo necesario. La paz se hace con los enemigos”.