Itongadol/AJN.- El dúo norteamericano de stand up, compuesto por el rabino Bob Alper y el actor Ahmed Ahmed, se presentó en Jerusalem, Tel Aviv y Haifa como parte de su gira `Reir en Paz\’. Durante la noche debút del show en Ramallah, los organizadores del evento decidieron que Alper tendría permitido presentarse solo si denuncia la ocupación israelí, en un episodio similar al de Matisyahu, que ocurrió la semana pasada en España.
Alper y Ahmed se presentaron en la parte oriental de Jerusalem como parte del Festival 1001 risas, auspiciado por el Consulado Norteamericano y protagonizado por siete comediantes palestinos norteamericanos. Durante la presentación bromearon sobre lo difícil que les resulta ser musulmanes en Estados unidos después del atentado a las torres gemelas o los aspectos familiares de la cultura árabe.
“Ahmed y yo regresamos de una congregación llamada Kol Ami. Me preguntó que significaba eso y le dije que en hebreo significa “La voz de mi pueblo”. Me dice: Oh, porque en árabe significa ‘comete a mi tío’”, arrancó el rabino Alper con el chiste de apertura, que llevó a una ola de carcajadas.
A pesar de la experiencia positiva en Jerusalem, cuando el festival de comedia realizó la noche debut en Ramallah, los organizadores repitieron la “experiencia Matisyahu”. Alper tendría permitido presentarse solo si denuncia la ocupación israelí.
La gira Rie en Paz fue distinta. Solo Alper y Ahmed frente a pequeñas audiencias, que pagaron 80 shekel por entrada. A pesar de las expectativas por ver al dúo trabajar en conjunto en el escenario y usar el humor para disipar las tensiones entre judíos y musulmanes, ambos se vieron obligados a presentarse en gran parte de su gira por separado, cada uno con su propio público.
Al final del show en Haifa, Alper y Ahmed reaparecieron en el escenario para hablar de su asociación y responder preguntas del público. Ambos revelaron que su asociación, que cumplió 13 años, fue idea de un publicista de Hollywood.
“Hacemos muchas presentaciones en los campus universitarios, donde somos invitados por grupos judíos y musulmanes. Una vez oímos a los líderes de los grupos estudiantiles judíos y musulmanes discutir sobre dónde ir a cenar. Resulta que sus oficinas están una al lado de la otra en el campus, pero nunca se hablaron entre ellos. Ahora son grandes amigos”, concluyó Alper con una anecdota sobre la importante de que ambas culturas se lleven bien, incluso si es a través del humor.