Altos oficiales del ejército israelí y sus familias están recibiendo amenazas de muerte de los sectores más radicales de los colonos israelíes, que luchan contra la evacuación de la franja de Gaza. «Si ayudáis a la retirada, ajustaremos cuentas con vosotros», dicen algunos mensajes enviados a oficiales del Tsahal, que son ortodoxos y que están involucrados en el desmantelamiento de 21 colonias de Gaza y cuatro del norte de Cisjordania previsto para el próximo año, según informa el rotativo independiente Yediot Ajronot. Últimamente han recibido decenas de cartas y llamadas telefónicas en las que voces anónimas les advierten que destruirán sus casas y atacarán a sus familias si participan en lo que ellos consideran «la traición de Ariel Sharon».
El diario señala que varios altos oficiales tuvieron que evacuar a sus familias de los poblados en que viven después de manifestaciones de protesta frente a sus casas. En el Estado Mayor del Tsahal y en la presidencia del Gobierno temen que «si las presiones sobre los oficiales y sus familias continúan, se produzca una ruptura en el ejército». Una de las decisiones concretas del Ejecutivo es que la policía será la responsable directa del repliegue por la fuerza de todos los que se resistan, bajo el mando de las fuerzas armadas.
A pesar de las crecientes tensiones internas y de la oposición a la retirada dentro del Ejecutivo y del partido del Gobierno del Likud, el primer ministro Sharon aclaró que la llamada «desconexión» sigue adelante. Un equipo de 70 expertos encabezados por el director general del Ministerio de Justicia ha concluido un documento en el que se detalla el llamado «precio de la retirada», léase las indemnizaciones que serán pagadas a los colonos evacuados voluntariamente y las sanciones contra aquellos que se opongan. La comisión incluye representantes de los Ministerios de Finanzas, Vivienda, Agricultura y Hacienda, que han preparado lo que en Jerusalén se define como «uno de los documentos más sensibles de la historia de Israel». Sharon pretende presentar los principios del documento al Gabinete el día 14, siendo votado por los ministros el 24 de octubre. El 3 de noviembre está previsto presentarlo al Parlamento.
Los colonos venderán sus casas al Estado y recibirán indemnizaciones de acuerdo con el número de personas de cada familia y el tamaño de la casa. El valor será evaluado por un perito independiente. Los israelíes evacuados recibirán adelantos que les permitan alquilar casas en Israel o para los primeros gastos de la edificación de una residencia.
En cuanto a aquellos que residen y trabajan en los asentamientos desmantelados recibirán indemnizaciones del paro, así como la suma equivalente a seis sueldos suplementarios. Quien haya cumplido 57 años antes del 6 de junio del 2004( fecha de la decisión del Gobierno sobre la «desconexión») y en los últimos cinco años hubiera vivido en la colonia evacuada recibirá una jubilación adelantada hasta los 65 años.
Los empresarios que hayan construido fábricas serán indemnizados de acuerdo con el coste de su reconstrucción en Israel o de su evaluación por un experto independiente.
El único capítulo del documento que permanece en secreto es cuáles serán las sanciones para todos los colonos que no respeten o que se opongan activamente a la retirada.
Fte L.V.D