Itongadol/AJN.- La Comunidad Talpiot efectuó ayer, martes, la tradicional Hazcará (servicio de recordación) en memoria de las víctimas del atentado a la AMIA-DAIA, ocurrido en la mañana del 10 de av, que este año coincide con el día de hoy.
Esta vez, la misma se realizó minutos antes de la finalización del ayuno de Tishá Beav (9 de av), que recuerda diversas tragedias sufridas ese día por el pueblo judío, sobre todo la destrucción de los dos Batei Hamikdash (Templos) de Jerusalem.
La tradición del Pueblo de Israel establece que cada año se debe recordar a los familiares fallecidos, como también a otras personas queridas o respetadas y a los mártires, el día de su Iortzait (fecha del deceso según el calendario hebreo), mediante el encendido de una vela de Izcor (recordación) y el recitado del Kadish (oración que reafirma la confianza en el Creador).
La Hazcará se inició con el encendido de 85 luminarias, una por cada víctima fatal del ataque terrorista, por parte de niños y jóvenes de la comunidad anfitriona.
Acto seguido, el presidente de la DAIA, Julio Schlosser, rescató que “esta casa que año tras año mantiene vivo el recuerdo” de los asesinados porque “el compromiso de la comunidad con las víctimas y la justicia es inquebrantable: no se olvida, ni se abandona, ni se negocia”.
“Estamos convencidos de que este trabajo y esta lucha, que venimos llevando hace 19 años, en algún momento va a determinar quiénes son los culpables y, como dijimos en el comunicado que emitió la DAIA, recibirán el máximo castigo que contempla la ley argentina”, aseguró.
“Muchos hemos perdido a un ser querido, la hija de un amigo (en mi caso), pero también se ha perdido una vida que merecía tener un futuro, y entonces estas velas que los jóvenes están encendiendo representan nuestro compromiso”, reafirmo el anterior secretario general de la AMIA.
“Quiera D’s que, de aquí a un años, la Hazcará sea simplemente un acto de recordación porque la justicia de los hombres ya está por llegar”, anheló.
A continuación, el rabino Moshé Hamra, se refirió al atentado a la AMIA a partir de textos del Midrash (compilación de comentarios legales, exegéticos u homiléticos del TaNa”J, la Biblia hebrea) y recordó especialmente a Naúm Javier Tenenbaum, miembro de la Comunidad Talpiot, a quien conoció.
“Éramos más o menos de la misma edad; yo seguí viviendo, y él no; teníamos la misma cantidad de hijos, y ya no; y todos tenemos que preguntarnos por qué no nos pasó a nosotros, tenemos que estar agradecidos porque no nos pasó y tenemos que estar identificados con aquellos que perdieron la vida en ese lugar y sentir nuestras almas unidas, ya que todas salieron debajo del Trono Celestial”, reflexionó.
“Espero que éste sea un momento de unión, en el cual nos fortalezcamos y pensemos en el dolor de nuestros hermanos y en cómo hacer para llegar a ‘amar a tú prójimo como a ti mismo’”, señaló el religioso con una cita bíblica del Libro de Levítico (Vaikrá 19:18).
“El Templo se destruyó por el odio gratuito, y eso solamente lo hemos de solucionar cuando tengamos amor gratuito; tenemos que tratar, con toda nuestra fuerza, de unirnos y saber que todos hemos partido de una misma raíz”, concluyó.
Finalmente, el rabino Mordejai Tarrab sostuvo que “es imposible separar el atentado a la AMIA de la destrucción de los dos Beit Hamikdash, que sucedieron en una fecha como hoy; el primero, por los tres pecados más graves: dejar de cumplir mitzvot (preceptos), idolatría y corrupción, y el segundo, según un texto de la Guemará, por odio gratuito entre los miembros del Pueblo de Israel, que según otro texto de la Guemará el propio Creador lo explicó ‘porque abandonaron mi Torá’”, y luego recitó el Kadish.
Estuvieron presentes el presidente de la AMIA, Leonardo Jmelnitzky, acompañado por el tesorero, Ariel Cohen Sabban; su antecesor, Bernardo Zugman; y el protesorero 1º, Jorge Leicach, entre otros.
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