EFE.- El primer ministro israelí, Ariel Sharon, tras una semana de negociaciones con sus adversarios laboristas, sigue sin poder conformar una nueva coalición de Gobierno debido a serios conflictos internos en su Partido Likud.
El próximo miércoles, antes de entrar el Parlamento (Kneset) en el receso estival, Sharon tendrá que pronunciar el tradicional discurso de clausura pero en medios políticos se ignora si logrará concertar esa alianza.
Según los comentaristas parlamentarios, uno de los escollos que de momento no puede sortear el premier, de 74 años, es la oposición de una decena de los 40 diputados del Likud a una coalición con los «izquierdistas» del opositor Partido Laborista de Shimon Peres.
El otro obstáculo es la oposición de sus correligionarios a que el octogenario dirigente laborista sea nombrado ministro de Asuntos Exteriores en lugar de su actual titular, Silvan Shalom, del Likud, con el objetivo de llevar adelante el proceso de paz con los palestinos y el retiro de Gaza.
La coalición «ideal» de Sharon, dicen los analistas, es la que podría formar su Likud con los laboristas y con el Partido liberal de centro Shinui, con los cuales podría reunir 75 entre los 120 escaños de la Kneset. Tal conformación dejaría fuera del poder a los partidos de extrema derecha y a los de la minoría ortodoxa.
Sin embargo, esa coalición que agruparía a los representantes del grueso de la población israelí, está en duda debido a las divisiones dentro del Likud, uno de cuyos diputados pronosticó una «tercera guerra mundial» si Sharon se une con «los izquierdistas» del laborismo, vistos como «un cáncer» y poco menos que como «vende patrias» en los sectores nacionalistas radicales.
Sharon, el último de la «generación de los fundadores» del Estado judío en 1948 —entonces era un joven oficial—, desencadenó la más grave crisis de su Gobierno el pasado 4 de junio, cuando destituyó a dos de sus ministros e impuso en el Gabinete nacional su plan para evacuar unilateralmente el territorio palestino ocupado de Gaza y los asentamientos judíos en esa franja. Fuente: Clarín