Y es que Arafat, que ya se encontró el domingo con su primer ministro, que el sábado le presentó su dimisión y que el ‘rais’ no aceptó, busca la salida a una situación que puede desembocar en una revuelta interna.
Mientras tanto, Musa Arafat, ha expresado que no tiene intención de dimitir a pesar de la oleada de protestas que ha generado su nombramiento. En señal de disconformidad ha presentado su dimisión el responsable de la Fuerza Naval.
«No dimitiré. El único que puede destituirme es aquél que me ha nombrado», ha declarado a la prensa Musa Arafat en referencia a su tío, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina. El ‘rais’ puso al frente de las fuerzas de seguridad a este familiar, antiguo responsable de Inteligencia en Gaza, después de haber reducido los cuerpos del orden de ocho a tres.
Esta reforma se producía tras las presiones del grupo armado de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, que el pasado viernes perpetraron una serie de secuestros para denunciar la corrupción en el seno de la Autoridad Nacional palestina.
A las protestas se suma la dimisión del jefe de la Fuerza Naval de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Zaki al Bahría y de varios directores de filiales del movimiento oficialista Al Fatah en las ciudades de Jan Yunes y Rafah. En la carta de renuncia, el oficial militar afirma que Musa Arafat «es un enano de baja estofa que puede llevar al pueblo palestino a una guerra civil».
El Mundo