Sus letras le cantan a la paz, la esperanza y el fervor religioso, todo entonado en un ritmo al estilo Bob Marley. La melodía reggae y su increíble reproducción del acento jamaiquino, son atravesadas por referencias de la Torah.
Miller aseguró que siempre estuvo buscando una verdad más fuerte, y ahora siente que encontró su liberación mediante el reemplazo de las drogas y el alcohol por intensivos estudios en la Yeshiva. «Siempre tuve un conciente mensaje espiritual pero mi lenguaje cambió».
Diez años atrás, cuando todavía lo llamaban Matthew, empezó a buscar su camino. Y lo encontró luego de visitar el templo de Nueva York y viajar a Israel.
«Mucha de la gente que viene a mis shows es judía. Quieren conectarse con el judaísmo de una forma más divertida», sostvo Miller.
Fuente: Jerusalem Post
Traducción: Leila Mesyngier