Sarkozy explicó a la prensa al término de su visita, la primera que hacía a este Memorial ubicado en el barrio del Marais de la capital francesa, que había querido subrayar que ‘no podemos y no debemos olvidar’ la deportación desde Francia de 76.000 judíos, de los que sólo alrededor de 2.500 sobrevivieron.
El presidente francés, él mismo con antecedentes familiares de origen judío, hizo referencia a su predecesor en el cargo, Jacques Chirac, que en julio de 1995 había sido el primero que había reconocido la responsabilidad del Estado francés en la deportación de los judíos.
Sarkozy afirmó que Chirac ‘dijo lo que había que decir’ y que él por su parte no tenía ‘nada que añadir’ al ‘bello discurso’ que el anterior jefe del Estado había pronunciado al respecto.
El actual presidente francés junto a la ex ministra Simone Veil -una de las supervivientes de la deportación a los campos de la muerte- dejó en el Memorial una corona de flores con los colores de la bandera francesa delante de una estrella de David de mármol negro, que simboliza los seis millones de judíos muertos sin sepultura por el exterminio nazi.
Además de Veil, también acompañaron al jefe del Estado el director del complejo conmemorativo, Jacques Fredj -que le hizo de guía-, el presidente de la Fundación para la Memoria del Holocausto, Eric de Rothschild, y el historiador y caza-nazis Serge Klarsfeld.
El próximo domingo, el primer ministro francés, François Fillon, participará en la ceremonia de conmemoración de la detención masiva por la policía francesa de 13.152 judíos de París y su región los días 16 y 17 de julio de 1942.
Más de 8.000 de esas personas fueron concentradas en el Velódromo de Invierno de la capital francesa durante varios días antes de ser trasladadas al campo de Drancy, desde donde partirían para los campos de exterminio en los actuales territorios de Alemania y Polonia.