El primer ministro israelí, Ehud Olmert, parece arrinconado tras su negativa a reconocer los cambios que trae aparejado el nuevo Gobierno palestino de unidad nacional entre el movimiento islamista Hamás y el nacionalista de Al Fatah.
A diferencia de la cautela con que lo recibieron los miembros del Cuarteto de Madrid -Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Rusia y la ONU-, el Gobierno de Israel lo ha rechazado de plano y defiende mantener el boicot impuesto al anterior ejecutivo a cargo de Hamás.
En tanto las nuevas autoridades palestinas viven con la esperanza de que se produzca el reconocimiento del Cuarteto, el débil Gobierno del primer ministro israelí Ehud Olmert, desde su negativa, se está quedando a la defensiva.
‘Creo que el gobierno israelí está confundido. Lo que hace (con su negativa) no es una manifestación de fuerza sino de debilidad’, según el ministro palestino de Inforamción, Mustafa Barguti.
Ese embargo económico y político, que lleva un año, se está resquebrajando en tanto ‘Europa se mueve en la dirección correcta’ para abolirlo, considera Barguti, ex candidato presidencial.
Los teléfonos en las sedes del Poder Ejecutivo y del Ministerio de Exteriores a cargo de Tzipi Livni dejaron de operar hoy debido al descanso ritual del sábado, pero volverán a hacerlo esta noche a fin de convencer a sus colegas de EEUU y Europa para que ‘no levanten la guardia’ ante el nuevo Gobierno palestino.
Noruega, que no es parte de la UE, fue el primer país europeo que rompió el boicot esta semana, cuando su ministro de Exteriores, Reymond Johansen, se reunió con el primer ministro Ismail Haniye.
A diferencia del Gobierno israelí, persuadido de que la coalición palestina terminará dominada por los radicales de Hamás, que se niegan a reconocer oficialmente al Estado hebreo, Barguti asegura que el programa del nuevo ejecutivo palestino es ‘maravilloso’.
Ello se debe, aclaró, a que sus objetivos se adecúan a los únicos planes de paz en el candelero para poner fin al conflicto palestino-israelí, el del Cuarteto y el de Arabia Saudí.
Ambos tienen por fin último la retirada israelí de territorios que capturó en la guerra de 1967 y el establecimiento de un estado palestino independiente junto al de Israel.
La iniciativa saudí ofrece un marco para negociar; sus principios no distan de los propuestos por el Cuarteto, aprobados por las dos partes en 2003. La ratificación de la iniciativa, se cree, se producirá la semana próxima en la conferencia ‘cumbre’ de Riad.
La negativa de Israel se sostiene en un andamio débil, creen algunos analistas, pues el programa de la coalición palestina, si bien no explícitamente, reconoce a Israel, condena la violencia, y ‘promete no sólo ‘respetar’ sino ‘honrar’ los acuerdos’ con el Estado judío, declaró Barguti al diario Haaretz.
Esas son exigencias de Israel para reanudar las negociaciones de paz, estancadas desde 2000 a raíz del levantamiento o ‘intifada’ palestina en Cisjordania y la franja de Gaza, ahora autónoma.
El Cuarteto comparte esas demandas pero aún no se ha pronunciado claramente acerca de si el nuevo Gobierno palestino, recibido con simpatía, cumple las condiciones para reconocerlo y levantar el boicot.
De momento, los representantes del Cuarteto se reúnen con el presidente Mahmud Abás y personalidades de su movimiento Al Fatah o con independientes, pero eluden a Haniye y a ministros islamistas.
El primer ministro Olmert, en cambio, sólo se reunirá con Abás.
Oriente Próximo se convertirá la semana próxima en un ‘hervidero diplomático’ con las visitas del Secretario General de la ONU, Ban ki-moon, esperado para hoy en Israel; la de la secretaria de Estado Condoleezza Rice, de EEUU, y la de la canciller de Alemania, Angela Merkel, quien ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea.
Al emprender una nueva gira por Oriente Próximo, Rice insinuó que Washington puede proponer solución a problemas cruciales entre israelíes y palestinos, como la fijación de sus futuras fronteras, el de la soberanía política en Jerusalén, y el de los refugiados palestinos, asuntos también abordados por la iniciativa saudí.
Asimismo, en las reuniones con Olmert y Abás, anticipó, les propondrá adoptar ‘un lenguaje acordado’ y ‘un mecanismo’ para reanudar finalmente las negociaciones de paz.