El American Jewish Committee está profundamente preocupado por la visita del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, a varios países de América Latina.
Desde su elección en junio de 2005, el presidente iraní ha tomado una posición extrema sobre una cantidad de temas de crucial importancia, incrementando las tensiones regionales e internacionales. En franca violación de los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas, ha instado repetidamente a la destrucción de Israel, un estado miembro de Naciones Unidas, diciendo que se «lo debería borrar del mapa.» También declaró que el Holocausto es un «mito,» y recientemente patrocinó una conferencia para negar la existencia del Holocausto, en Teherán. Más aún, lanzó amenazas contra los intereses de EE.UU. y americanos, postulando «un mundo sin EE.UU.»
Bajo el liderazgo de Ahmadinejad, agregaron los voceros del American Jewish Committee, Irán continúa incontrovertiblemente su búsqueda agresiva de capacidad de armas nucleares. El 23 de diciembre, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas unánimemente aprobó la Resolución 1737, que insta a Irán a suspender sin demora «todas las actividades relacionadas con enriquecimiento y reprocesamiento, incluyendo investigación y desarrollo.» Sin embargo, el Presidente Ahmadinejad ha hecho caso omiso de la resolución, indicando que Irán no tiene intención de cumplir las disposiciones de la misma. Según la agencia noticiosa iraní IRNA, el presidente dijo: «La nación iraní no aceptará la resolución, cuya motivación es política.» Y añadió: «Pronto celebraremos la victoria definitiva en el campo nuclear y no renunciaremos ni a una pizca de nuestros derechos.»
Sin Duda el programa nuclear de Irán es tanto más peligroso porque es parte del amplio esfuerzo de dicho país por ampliar su alcance a todo el Medio Oriente y aun más allá. Irán invierte sumas significativas en financiar a organizaciones terroristas – usándolas como representantes para socavar las relaciones árabes-israelíes y perpetrar atentados en todo el mundo. El último conflicto del Líbano, en el que Irán pretendió descaradamente insertarse, sugiere el caos aún mayor que un Irán nuclear y sus representantes terroristas llevarían a la región y al mundo.
Un dictamen sin precedentes y devastador, hecho público por el Fiscal Especial argentino sobre el atentado terrorista de 1994 a la sede de AMIA, nombró a siete ex funcionarios del gobierno iraní, incluyendo a un ex presidente, y a un efectivo de Hezbollah, como cómplices en el atentado. El dictamen constituye una acusación escalofriante de la responsabilidad de Irán en este atroz crimen, el atentado terrorista más sangriento de la región, que dejó un saldo de 85 muertos argentinos, judíos y no judíos por igual, y la destrucción del centro comunitario judío de Buenos Aires.
La búsqueda por parte de Irán de la capacidad de armas nucleares, su interferencia en los asuntos internos de otros países, y su patrocinio del terrorismo internacional, constituyen una amenaza convincente a la paz y seguridad regional e interna. En este contexto, la visita del presidente de Irán a América Latina, la segunda en los últimos 12 meses, debería ser analizada por todas las naciones del hemisferio comprometidas con la seguridad global y los valores democráticos.
La comunidad internacional, y en este caso específicamente la comunidad interamericana, se debe oponer a esta amenaza con una acción concertada. Invitar en este momento al Presidente Ahmadinejad a efectuar visitas de estado haría llegar a Irán y a su líder un mensaje erróneo. En lugar de ello, las naciones de buena voluntad deberían estar aislando al presidente y recalcando que su postura agresiva pone a Irán en peligro de convertirse en un estado paria.
Es por eso, agregó el AJC, que hacemos un llamamiento a los gobiernos involucrados para que reconsideren su invitación al Sr. Ahmadinejad.
Gracias Juan Dircie