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No soy un judío observante, no vengo del sector religioso, pero hace un tiempo, un poco más de cuatro años, me parecía una novedad el hecho de que la AMIA sea conducida por un sector de la ortodoxia. Esa novedad, convertida en un hecho histórico de la comunidad judía argentina -la institución nunca había sido conducida por religiosos- se convirtió en un concepto de elogio que debemos reconocer en la conducción de la AMIA.
En este sentido es debido reconocer no solo la excelente gestión económica y administrativa de la actual conducción sino también el marco de pluralismo, realmente admirable, en un sector de la comunidad que debemos entender que tiene que gestionar para todos los judíos y en todo el arco del espectro ideológico y religioso.
Al analizar la gestión de la ortodoxia al frente de la institución madre de la comunidad judía considero, en lo personal, que se han dado pasos muy importantes.
Y en este punto quiero destacar la enorme valentía que tiene el sector que hoy conduce la AMIA en cuanto a la defensa del pedido de justicia que todos exigimos por la tragedia del atentado a la AMIA, y resaltó la palabra valentía porque deben enfrentarse a situaciones tales como la negociación que la Argentina inició con Irán. A eso hay que agregar, la decisión de la Cancillería argentina de asistir al discurso de Ahmadinejad en las Naciones Unidas, y las voces oficiales que ignoran el padecimiento de Israel frente a los ataques con misiles y bombas terroristas que desde Gaza alcanzan a ómnibus o instituciones israelíes sin que para ellos esa acción merezca condena. Pese a esas adversidades, la dirigencia actual de la AMIA no se cansa de pedir justicia.
Pero al principio de la actual gestión había cientos de interrogantes dado el perfil de judaísmo que ostenta la ortodoxia religiosa que hoy conduce la AMIA. No solo yo sino que muchos de otros judíos pensábamos que podía ejercer un estilo de administración direccionada a las características de ese target.
Sin embargo, sin alejarse de sus postulados raigales, ejerce una conducción amplia y pluralista no solamente en los temas específicos sino que también en cultura y educación, y los observó con una amplitud para escuchar y entender a todas las facetas de la vida judía.
Ahora, el futuro político despierta incertidumbre, porque en definitiva de eso se trata la política, y será la comunidad la que decidirá en abril si le sigue dando a la ortodoxia su apoyo para seguir conduciendo la AMIA con las características que se destacan o prefiere otro estilo de conducción.
Pero repito y destaco que no soy ni observante, ni perteneciente al sector al que estoy aludiendo.
*Ex presidente de DAIA
Este es un espacio del Bloque Unido Religioso