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Medio centenar de alumnos de cinco secundarias judías acompañaron al Grupo de Familiares y Amigos de Víctimas del Atentado a la AMIA en un nuevo acto mensual recordatorio de la masacre, perpetrada hace 193 meses, el 18 de julio de 1994.
Tras la tradicional puesta de rosas y el encendido de velas de Izcor (recordación) por cada una de las 85 víctimas, ocho estudiantes de los institutos Scholem Aleijem, ORT I, Martín Buber, Yeshurun y Talpiot dieron sus mensajes, los cuales estuvieron centrados en la lucha contra el olvido y el pedido de justicia y en reafirmar su apoyo a los familiares en su lucha.
Posteriormente y en nombre de los deudos, Sergio Burstein agradeció la presencia de la concurrencia, especialmente la de los jóvenes, después de cuyas palabras “no queda mucho para decir” porque “han expresado todo lo que sentimos”.
El ex esposo de Rita Worona z”l, que trabajaba en el Departamento de Sepelios de la AMIA, recordó que esa entidad “brindaba ayuda a judíos y no judíos, fundamentalmente a chicos, y aquí murieron indiscriminadamente judíos y no judíos, argentinos y no argentinos”.
Burstein señaló la campera de un joven egresado del secundario que decía “Misión cumplida” y lamentó que los familiares no puedan afirmar eso porque para ello se necesitaría “que haya justicia, porque la memoria la hacemos todos”.
El familiar también enfatizó la dimensión de las 85 víctimas al recordar el spot “Un pueblo”, producido con motivo del último aniversario y que demuestra que existen lugares con tan sólo esa cantidad de pobladores.
Además, Burstein llamó a no resignarse a la impunidad y luchar contra ella.
Entre los presentes se contaban el presidente y el prosecretario 1º de la AMIA, Guillermo Borger y “Tommy” Saieg, respectivamente, entre otros directivos comunitarios.
También asistió al homenaje Jaim Bar, presidente de la Asociación de Veteranos Discapacitados de Tzahal (Fuerza de Defensa de Israel), quien está de visita en la Argentina, se acercó a saludar a los familiares y, tras el acto, depositó ofrendas florales en memoria de las víctimas de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, al pie de las placas recordatorias ubicadas en la Plaza Seca de esta última.