Agencia AJN.- El informe de la Inteligencia Militar israelí dejó en claro que los “días de gracia” para el nuevo comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel han finalizado. A Aviv Kohabi se le acabaron los días de “preparación y aprendizaje” y tiene mucho por hacer.
La Inteligencia Militar estima que la probabilidad de que alguien inicie una guerra contra Israel es baja, pero las posibilidades de un brote de violencia en la Franja de Gaza y posteriormente en la Margen Occidental han aumentado. Entre los motivos que señalan se encuentra la crisis humanitaria en la Franja y los esfuerzos que realiza Hamás para mejorar su situación interna y ante la opinión pública palestina, al tiempo que se mantiene en una posición desde la cual puede – en cualquier momento – tomar el control de Judea y Samaria.
Hamás destina recursos y esfuerzos para tratar de ampliar su dominio a la Ribera Occidental, pero el informe del Ejército israelí indica que en esa zona hay factores que abogan por la estabilidad, especialmente para preservar los intereses de seguridad de la Autoridad Palestina, donde una escalada de violencia iniciada por Hamás puede significar una amenaza de seguridad y económica, más allá de las pérdidas para la población civil.
En este momento, no sólo la calle palestina representa un desafío para Hamás, sino también la organización Jihad Islámica. En su afán de compartir el poder y control de la Franja de Gaza e imponer su propia ideología, la Jihad ha estado desafiando a Hamás, especialmente desde la elección de su nuevo líder Ziyad al-Nakhalah, quien pretende ser tratado de igual a igual.
Bajo el liderazgo de su antecesor, Ramadan Salah , la Jihad Islámica recibía una financiación anual de 70 millones de dólares provenientes de Irán, más precisamente de su Guardia Revolucionaria. Salah fue especialmente cauto y mantuvo un delicado equilibrio entre su lealtad a Irán y sus intereses y el hecho real de que es Hamás quien gobierna la Franja de Gaza y tiene su control absoluto y plena capacidad operativa. Pero ahora las cosas están cambiando y la Jihad Islámica ha decidido aprovechar el hecho de que Hamás se ha visto obligado a negociar con Israel e incluso transigir en varias ocasiones, en momentos en que el malestar general aumentaba, afectando en forma directa su popularidad.
La Inteligencia Militar israelí señala en su informe que la Jihad Islámica podría sorprender a Hamás con un ataque o atentado de tal envergadura que obligue a Israel a responder e incluso a iniciar una nueva batalla.
De acuerdo con este reporte anual, Hamás ha invertido desde la última guerra gran cantidad de recursos en el mejoramiento de su sistema de túneles y, en general, su infraestructura subterránea. Al mismo tiempo señala que, en este punto, Hamás comprende que el secuestro de un soldado o el uso de los túneles son medios extremos que para Israel representarían una declaración de guerra y por ello busca otras opciones, igualmente efectivas, pero menos letales a la hora de recibir la reacción israelí.
Irán: Una bomba nuclear en un lapso de dos años
El informe de la Inteligencia Militar de Israel se refiere también a Irán y asegura que las sanciones y la presión que ejerce Estados Unidos está haciendo efecto en la economía y la sociedad iraní. Si bien los funcionarios israelíes se abstienen de evaluar hasta qué punto esta situación afecta y pone en peligro la continuidad del régimen de la Revolución Islámica, sí señalan que se está produciendo un cambio en la opinión pública. Al respecto, el periodista y escritor iraní Ahmad Rafat declaró en las últimas horas a Radio Nacional de Israel que “a diferencia de la crisis económica anterior, en la que el pueblo le echaba la culpa de todo a Estados Unidos y las sanciones, ahora responsabilizan al Gobierno por la situación y por haber provocado con su comportamiento y actitud el regreso de las sanciones”.
Si se da el escenario menos probable en el que Irán se retire por completo del acuerdo nuclear, en Israel se estima que estará en condiciones – exclusivamente desde el punto de vista técnico – de producir una bomba nuclear en un lapso de dos años.
El documento también advierte sobre la creciente actividad de Irán en Irak, que podría afectar a Israel en varios aspectos: cohetes, milicias e incluso un corredor terrestre que llegara hasta las Alturas del Golán. Por razones obvias, esta situación aumentaría la actividad militar israelí en la zona. Al mismo tiempo, se observa la posibilidad de que Irán actúe para desestabilizar el Gobierno en Jordania.
Rusia, Siria y Hezbollah
Más allá de la evidente influencia siria en la región y los interrogantes que ésta plantea, la Inteligencia Militar israelí señala en su informe que la libertad de movimiento de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán se ha reducido en Siria, tanto por discusiones internas en Irán como frente a Rusia, que desea estabilizar la situación y el Gobierno de Bashar al Assad.
También detallan que, debido a los ataques de Israel, los iraníes tienen intención de alejar a sus efectivos de la frontera como así también de la zona del Aeropuerto Internacional de Damasco. Asimismo, se puede observar un considerable descenso en el número de efectivos iraníes en Siria, como así también la reducción del presupuesto y los recursos que invierten en esta zona de conflicto. De todos modos, Irán no deja de desarrollar su capacidad militar especialmente en lo relacionado al disparo de misiles contra Israel, por medio de milicias que actúan desde territorio sirio.
Otro desafío que deberán enfrentar las Fuerzas de Defensa de Israel es la recuperación y rehabilitación del Ejército sirio, y sus intentos de producir misiles de precisión.
También Hezbollah actúa para reforzar su capacidad militar en la zona del Golán sirio, de modo tal de poder eventualmente atacar a Israel sin involucrar al Líbano en una posible guerra o confrontación. La organización forma parte del Gobierno y en el pasado ya fue objeto de duras críticas y cuestionamientos sobre su razón de ser, por haber llevado al país entero a una guerra que sólo le trajo tragedia y destrucción.