Itongadol.- Nadie se sorprende si un americano estudia francés, o si un francés estudia español. Sin embargo, los no judíos que estudian yiddish, por otra parte, siempre han llamado mucho la atención. Como un grupo de enfermeras en la década de 1930 en Detroit, para las cuales estudiar yiddish les era tan práctico como aprender a cambiar un vendaje.
Todo comenzó cuando Helen Shaw, una dietista canadiense no judía en la Clínica North End, se dio cuenta de que la mayoría de los pacientes de la clínica hablaban yiddish, a diferencia de las enfermeras. Como consecuencia, formaron una clase compuesta de mujeres principalmente de origen irlandés, escocés, italiano y finlandés, para aprender el idioma con la ayuda de Yidish far Onfangers, un libro de texto para niños. Por supuesto que el libro de texto no incluía la mayoría de las palabras que las enfermeras necesitaban -como "sarna"-.
Algunas de esas krankn-shvesters -enfermeras- pasaron a la escuela de medicina. Otras a heybamen – partería-, y tal vez, sólo tal vez, una de ellas se inspiró para convertirse en una profesora de yiddish.