Itongadol.-Por las calles de la capital de Israel, en los lobbies de los hoteles, en restaurantes, por las callejuelas de la Ciudad Vieja y en los santuarios sagrados de las religiones monoteístas se topa uno con ciudadanos del mundo entero: chinos, hindúes, africanos negros, latinos de variados acentos, turistas musulmanes de Indonesia y Malasia, europeos, australianos, etc.
A pesar del circo mediático que genera su conflicto con los palestinos, en Occidente Israel ha expandido significativamente su alcance diplomático en los últimos años trascendiendo de su zona de confort de Europa y el continente americano a los confines del planeta. El comercio de Israel con los países de Asia ha crecido sustancialmente desde comienzos del milenio. El intercambio con India, China, Corea, Vietnam, Japón y países del sudeste asiático incluye además cooperación científica, académica, agrícola, espacial, militar y en tratamiento de aguas.
En julio, en Entebe, Uganda, localidad recordada por la espectacular operación de rescate de rehenes llevada a cabo por el ejército de Israel en 1976, tuvo lugar una cumbre de seguridad regional presidida por el primer ministro de Israel, en la que participaron siete jefes de Estado africanos. Hace años, Israel ha venido restableciendo sus vínculos con los países del África subsahariana, rotos durante la década de los 70.
Si bien en las relaciones de Israel con Europa Occidental hacen ruido el no resuelto conflicto con los palestinos y los asentamientos, no ocurre lo propio con los países de Europa Oriental, incluida la Rusia de Putin, con los que las relaciones a todo nivel se han estrechado considerablemente. El jefe del Kremlin ha convocado una cumbre entre Netanyahu y Abbas para destrabar el proceso de paz israelí-palestino.
Nos decía el primer ministro Benjamín Netanyahu, con quien nos reunimos el pasado domingo, que la clave de la reciente expansión diplomática de Israel son las dos tes: combate al Terrorismo y Tecnología, campos en los que Israel es líder global. Según Netanyahu, el conflicto israelí-palestino no ha impedido que Israel extienda de manera significativa sus relaciones con el mundo, máxime con un Medio Oriente caracterizado por el colapso de los estados y una guerra fratricida entre sunitas y chiitas y sus patrones iraníes y saudíes, que ha dejado millones de víctimas y destrucción por doquier.
Incluso, en la región hay novedosos movimientos diplomáticos. Turquía, tras un lustro de alejamiento, reanudó hace pocos días sus relaciones con Jerusalén y semanas atrás el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto pasaba por allí en visita oficial. Por primera vez desde el establecimiento del Estado judío, el pasado agosto un general saudita visitó Israel en momentos en que diversas fuentes señalan la extensa cooperación en materia de seguridad existente entre Israel y el Golfo. La visión desde Jerusalén es que el camino a un acuerdo de paz con el pueblo palestino pasa por las capitales árabes. Entretanto, la vida sigue.