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Itongadol/AJN.- La situación en Alepo refleja la realidad de la tregua en Siria
Todavía no se conoce la cifra final de muertos en el bombardeo al Hospital Al Quds en la ciudad siria de Alepo. Sólo se sabe que fue una masacre, en la que murieron civiles, médicos y el último pediatra que quedaba en esta zona bajo dominio de los rebeldes. Las acusaciones apuntan hacia Bashar al Assad y su aliado, Rusia, que niegan toda vinculación con este trágico suceso.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que todo apunta a que el ejército sirio es el responsable del bombardeo. El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, exigió a Rusia que utilice su influencia sobre el régimen sirio para que termine con los “ataques sin sentido”. "Una vez más llamamos al régimen a cesar estos ataques sin sentido, que, por supuesto, son violaciones del cese de las hostilidades", advirtió Kirby.
También el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y por supuesto la ONG Médicos Sin Fronteras – que brindaba apoyo al hospital – repudiaron la matanza.
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, dejó en claro que no cree que el bombardeo aéreo hubiera sido perpetrado por error y lo calificó de “crimen de guerra”, sin atreverse a mencionar quién sería el autor. "No se golpea ese hospital, con tantas víctimas, un hospital bien conocido. Es obviamente una violación del alto el fuego”.
Todo parece indicar que las partes involucradas y los funcionarios de organismos internacionales deberían enfrentar la realidad y admitir que el alto el fuego en Siria, sencillamente, no ha existido. En el mejor de los casos – y no en todas las zonas del país – hubo una disminución del fuego, que tampoco está vigente ahora. Mientras las conversaciones siguen estancadas, el futuro de Assad y del país es incierto, con la masacre y la devastación rampantes y sin esperanzas, no cabe duda de que lo hecho hasta ahora no ha funcionado y es tiempo de buscar otra salida.
Irán: Segunda vuelta en las elecciones parlamentarias
Los ciudadanos iraníes comenzaron a votar en la segunda ronda de las elecciones parlamentarias, en las que 136 candidatos compiten para ocupar 68 escaños que quedaron vacantes en la votación anterior, el 26 de febrero.
El ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, explicó en declaraciones a la televisión estatal que en esta ronda participan los candidatos más votados en cada circunscripción que no alcanzaron el mínimo de 25% de los sufragios emitidos necesarios para garantizarse un lugar en el Majlis, la cámara compuesta por 290 diputados.
Rahmani Fazli informó que los resultados se darán a conocer el domingo.
En febrero, los conservadores obtuvieron 112 escaños en el Parlamento, los reformistas y centristas 91 y los independientes y las minorías religiosas 18. En un gran logro, una lista de candidatos reformistas alineada con Rouhani obtuvo los 30 escaños en juego en Teherán.
Sin duda se trata de excelentes resultados, aunque no los mejores, ya que no lograron obtener la mayoría. El actual Parlamento está dominado por los seguidores de la línea dura del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei.
La nueva legislatura comenzará su período de sesiones el próximo 27 de mayo y, aunque no tiene control directo sobre las cuestiones de política y decisiones importantes, puede respaldar las políticas de Rouhani para reforzar la economía del país, golpeada por años de sanciones internacionales.
Poco antes de que se abrieran las urnas, Rouhani aseguró que “la democracia es el orgullo del país. Acatar la sabiduría colectiva y la alta participación del público en la escena nacional, especialmente en las elecciones, es una muestra de ello”.
La crisis política que paraliza las instituciones en Irak
El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi está tratando de formar un gobierno de tecnócratas independientes y dejar atrás sistema de cuotas, el sistema político al que Irak se ha acostumbrado a lo largo de los últimos 13 años. Bajo este sistema, los cargos y posiciones en el gobierno se reparten de acuerdo a cuotas distribuidas entre los componentes principales del país: sunitas, chiitas y kurdos. Dado que ninguna de esas partes quiere ver afectada ni mucho menos reducida su cuota de poder, el plan del mandatario se enfrenta a serios obstáculos, incluso a quienes le exigen que se retire del Partido Islámico Dawa, al que está afiliado.
Abadi se convirtió en primer ministro de Irak el 11 de agosto de 2014, cuando el presidente Fuad Masum le asignó la formación de un gobierno, después de que los bloques políticos iraquíes se negaran a conceder a su predecesor, Nouri al-Maliki, la oportunidad de obtener un tercer mandato, forzándolo renunciar a ello en favor de su compañero de partido, Abadi.
Ahora, hay quienes lo acusan de estar proponiendo este cambio de gobierno para “distraer” al pueblo de los problemas reales del país y le cuestionan cómo piensa estar al frente de un gobierno “apolítico” cuando él es miembro de un partido.
Frente a todo esto, desde el otro extremo la presión al mandatario también es alta. Miles de personas respondieron a la convocatoria del poderoso e influyente clérigo chiita Moqtada al Sadr, que le exige una profunda reforma política para terminar con la corrupción y hasta se da el lujo de anunciar un “ultimátum”. La gente ha mostrado en las calles su rabia y descontento con un sistema que consideran completamente corrupto e indignación con los políticos a los que califican de ladrones.
El primer ministro utilizó todos los argumentos posibles para tratar de convencer a los parlamentarios de que la reforma es necesaria, pero, sobre todo, inevitable. Incluso advirtió que el estancamiento político del país podría afectar sus avances en la lucha contra la organización Estado Islámico.
Por el momento, al Abadi ha logrado que el Parlamento apruebe 6 de los cambios que propone en los ministerios. Esta medida fue aprobada por 180 de los 328 miembros del legislativo,que se refugiaron en una sala contigua a la principal, donde sólo había gritos, acusaciones, y unos a otros se arrojaban botellas de agua.
El primer ministro aprovechó en las últimas horas la visita del vicepresidente norteamericano, Joe Biden, y reiteró su compromiso con las reformas, destacó que éstas cuentan con el apoyo de Estados Unidos y advirtió que no piensa renunciar y seguirá adelante.
Cultura y sociedades
Una marioneta sacude las instituciones egipcias e indigna a los políticos
Aquellos días prometedores en que el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, era admirado y adorado por el pueblo, y su llegada al poder vaticinaba el inicio de un tiempo mejor, ya son sólo un tibio recuerdo.
Egipto no pasa precisamente por su mejor momento. El país enfrenta serios problemas económicos – a modo de ejemplo, los ingresos por turismo cayeron un 66% en el primer trimestre del año – denuncias por torturas, desapariciones y otras serias violaciones de los derechos humanos contra nacionales y extranjeros. A todo ello se suman protestas en las calles por la cesión de dos islas a Arabia Saudita, un tema que ha disparado la indignación popular acumulada, más un enfrentamiento abierto y directo del gobierno con la prensa, a la que no logra acallar a pesar de sus grandes esfuerzos.
Sin embargo, los políticos egipcios – en particular los parlamentarios – están muy preocupados por una marioneta, a la que acusan de “desafiar los valores y la ética de la nación”.
Abla Fahita, la marioneta más famosa de Egipto, una viuda tiene por costumbre tomarse “selfies” en ropa interior y leer “50 sombras de Grey”. Comenzó su carrera en las redes sociales, después apareció en un comercial, que fue definido por muchos en Egipto como “amenaza existencial” a la moral nacional, e incluso se dijo que enviaba mensajes codificados a terroristas, específicamente de los Hermanos Musulmanes. Más adelante, Abla (tía) Fahita fue entrevistada por el famoso comediante egipcio Bassem Yusuf, quien debió mudarse a Estados Unidos debido a amenazas y críticas a su programa, que era "demasiado sarcástico hacia el régimen" actual.
Desde hace unos meses, Fahita tiene su propio programa de televisión, “En vivo desde el dúplex”, en el que habla con sarcasmo y crítica sobre la actualidad egipcia y las instituciones del Estado. En uno de los últimos episodios, la marioneta tuvo en la mira al Parlamento y descargó su crítica contra el funcionamiento de la institución y el desempeño de los legisladores. En una de sus canciones, Abla Fahita plantea: “Salimos a las calles y participamos en elecciones, pero nos trajeron funcionarios fallados”. “Tengan cuidado de oponerse al gobierno, no importa si ustedes ven injusticias y gente marginada. No pidan cuentas a ningún ministro en el gobierno. Hagamos negocios con el Parlamento, la ganancia es desquiciada”.
La canción indignó a los miembros del Parlamento, que exigieron al presidente – Ali Abdul Aal – que emitiera un comunicado de repudio. En realidad, mucho antes de esta canción, los legisladores ya habían pedido que el programa fuera cancelado y finalmente el Aal difundió su mensaje, bajo el título. “La libertad de expresión no permite maldecir y despreciar las instituciones”. El funcionario también exigió en su comunicado que ningún funcionario público participe en el programa como entrevistado.
La marioneta, a juicio
El show de Abla Fahita bate records de audiencia en el Canal CBC, con cifras que el año pasado mostraban que el 15 por ciento de la población de Egipto ve el programa, el equivalente a casi ocho millones de personas.
Sin embargo, el 26 de junio próximo un tribunal deberá definir el destino de la muñeca y su programa de televisión debido a una denuncia de que transmite “contenidos provocativos que incluyen insinuaciones sexuales”.
¿Y qué dijo Abla Fahita respecto al escándalo en el Parlamento y las denuncias que provocó su programa? “Hoy el Parlamento egipcio trató en el recinto uno de los asuntos más importantes que afectan a nuestro país, relacionado con una viuda que sacudió el trono de los parlamentarios”, escribió la marioneta en su cuenta de Twitter. El proceso judicial sigue adelante, y por el momento no se sabe si el juez se animará a llamarla a declarar.