EFE.-El diario, en una edición de hoy, mostró con el uniforme nazi, incluida la cruz esvástica, al hijo menor del príncipe de Gales y la princesa Diana.
Después de ello, un portavoz de la familia real leyó un comunicado con excusas a nombre del príncipe.
En el parte, el príncipe se declara «desolado» por las ofensas que pudo haber causado, dice haberse equivocado con su elección y pide excusas por ello.
Fue sorprendido durante una fiesta de disfraces en la que vestía un uniforme del ejército nazi y un brazalete rojo con una esvástica
El príncipe Harry de Inglaterra ha vuelto a dar la sorpresa una vez más por su implicación en un nuevo escándalo. En esta ocasión, el hijo pequeño del príncipe Carlos y Diana de Gales es la imagen de portada de hoy del diario sensacionalista ‘The Sun’, en una fotografía en la que el joven, sorprendido durante una fiesta de disfraces en casa de un amigo, luce un uniforme del ejército nazi y un brazalete rojo con una esvástica, con una copa en la mano y un cigarrilo en la otra. Este escándalo se produce dos semanas antes de que su abuela, la reina Isabel de Inglaterra, celebre un homenaje a las víctimas del holocausto provocado por Adolf Hitler.
EFE/ LONDRES
Imagen de la portada del periódico sensacionalista británico ‘The Sun’ en la que aparece el príncipe. / Reuters
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d El príncipe Enrique ha desatado una gran polémica al vestirse como soldado nazi en una fiesta de disfraces, algo por lo que ya se ha disculpado. El diario ‘The Sun’ despliega hoy en portada una amplia foto del príncipe, de 20 años, con bebida y pitillo en mano, con el uniforme nazi del desierto y la típica esvástica negra con campo blanco redondo en un brazalete rojo.
«Enrique el nazi» es el titular del periódico, que muestra al joven en la fiesta de cumpleaños de un amigo, Harry Meade, el pasado sábado en el condado de Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra. Meade, de 22 años, pidió a 250 amigos que eligieran disfraces vinculados con «lo colonial y lo indígena» para la extravagante juerga. El hermano mayor de Enrique, el príncipe Guillermo, parece que fue más discreto y acudió con un atuendo de león que él mismo preparó.
Esta no es la primera vez que el nieto de la reina Isabel II, tercero en la sucesión a la corona, es portada de los periódicos, aunque en esta ocasión causó un revuelo nacional en un país que todavía tiene fresco el recuerdo de los bombardeos nazis en Londres durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Para limitar el daño, la administración de Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos, emitió anoche un comunicado en el que Enrique expresó sus disculpas por haber causado alguna ofensa. «Fue una mala elección de disfraz y me disculpo», señaló la nota.
Pese a todo, políticos, organizaciones judías y muchos comentaristas se unieron en condenar hoy el episodio, que se produce días antes de las conmemoraciones sobre el sexagésimo aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz (Polonia). La reina Isabel II ha invitado este mes a supervivientes de Auschwitz a una recepción en el palacio de Saint James, mientras que el próximo día 27 acudirá al Palacio de Westminster para participar en la conmemoración del Día del Holocausto.
Preparación militar
El primer ministro, Tony Blair, admitió, a través de un portavoz: «está claro que se ha cometido un error y esto ha sido reconocido por Enrique. Pero parece mejor que este caso quede en manos de la Casa Real». El diputado laborista Doug Henderson, ex titular de las Fuerzas Armadas, ha cuestionado el planeado ingreso del príncipe en la prestigiosa academia militar de Sandhurst, a la que espera incorporarse a finales de este año. Después de estas revelaciones, «no creo que este joven esté capacitado para Sandhurst», afirmó contundente Henderson. «Si fuera otra persona, la solicitud no sería considerada. Sería retirada inmediatamente», agregó.
Para el subdirector de la publicación judía ‘Jewish Chronicle’, Jeff Barak, la fotografía de Enrique ha causado una «conmoción». Ir vestido a una fiesta con un traje nazi «es algo que no se hace», «no es ninguna gracia» y «ha cometido un serio error», añadió. Este nuevo desliz se añade a otros que ha protagonizado el príncipe, como el ocurrido el pasado octubre, cuando agredió a un fotógrafo al salir de una discoteca en el centro de Londres, al parecer con alguna copa de más.
Lavado de cara
El año pasado, el joven acaparó la atención de la prensa al revelarse que una profesora del exclusivo colegio secundario de Eton acusaba al príncipe de hacer trampa en unos exámenes de acceso a la Universidad. El príncipe Carlos ha hecho más de un esfuerzo por encarrilar a su hijo, como cuando lo llevó a un centro de rehabilitación de toxicómanos tras ser sorprendido fumando marihuana a los 17 años.
Carlos quería que su hijo, quien al parecer se ha emborrachado en varias ocasiones, conociera de primera mano los efectos de las adicciones. Ultimamente, el joven ha intentado que los británicos conocieran la cara más positiva de su personalidad. Así, la televisión británica emitió hace unos meses un documental sobre el trabajo de Enrique con niños enfermos de Sida en Lesoto y, más recientemente, se le vio junto a su hermano Guillermo ayudando a empaquetar material destinado a las víctimas del maremoto en el sudeste asiático.