Itongadol/AJN.- Hertzel nació en 1860 en el condado de Pest, en el antiguo imperio austro húngaro en el seno de una familia liberal y laica. Los primeros años de su vida escolar los hizo en una escuela judía, pero el creciente sentimiento antisemita de la época llevó a que sus padres lo matricularan en una escuela evangelista.
Estudió y obtuvo un doctorado de Derecho en la universidad de Viena, pero ejerció la profesión por poco tiempo ya que decidió volcarse a la literatura y el periodismo.
Su encuentro con el problema de los judíos ante la falta de un Estado no llegó sino hasta 1894 cuando presenció, como corresponsal del periódico liberal Neue Freie Presse en París, el caso Dreyfus. Un juicio de claro origen antisemita contra un capitán del ejército francés de origen judío a quien se lo acusó de espiar para los alemanes. Hertzel fue testigo de las manifestaciones los días posteriores al juicio en las que los franceses clamaban “Muerte a Dreyfus”, “muerte a los judíos”.
En ese momento comenzó la doctrina que convirtió a Hertzel en el padre del sionismo moderno ya que reemplazó la idea de la emancipación judía por la idea de que el pueblo judío tuviera un Estado propio.
Hertzel defendió el regreso de los judíos a Palestina en su libro “El Estado Judío” (1896), el cual le trajo tanto éxito y apoyo por parte de los judíos de Europa Oriental como rechazo por parte de los partidarios de la asimilación, principalmente en Occidente.
Murió a los 44 años a causa de una insuficiencia cardíaca, pero puso en marcha un movimiento político que no se detendría hasta la creación del Estado de Israel en 1948.
En 1949 sus restos fueron trasladados desde el cementerio en Viena al Monte Hertzel en Jerusalem.