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Argentina. AMIA: Acto en recordación de los 1.900 judíos desaparecidos en la última dictadura militar

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Itongadol/AJN.- Bajo el lema “Tenemos un compromiso con la memoria y la vida, la obligación de conocer el pasado y el derecho de garantizar el futuro” se llevó a cabo ayer, martes, en el auditorio de la AMIA el acto anual de recordación de los desaparecidos judíos en la última dictadura militar.

El tesorero de AMIA, Ariel Cohen Sabban, se dirigió a los presentes en primer término: “Desde los albores de la civilización y la humanidad siempre fue a través del recuerdo y la memoria que se pudieron construir proyectos hacia un futuro. Construir un futuro implica resignificar el pasado, y para conocerlo necesitamos memoria. La brutalidad que se ejerció durante la dictadura militar en la República Argentina, que comenzó el 24 de marzo de 1976 y continuó hasta 1983, no tiene parangón en la historia de nuestro país. Con el pretexto de combatir a la guerrilla se actuó en forma indiscriminada contra los que pensaban distinto, y una nueva figura se instaló en nuestra sociedad, la del ‘desaparecido’; o sea, la del secuestrado y asesinado sin devolución de su cuerpo. Dentro del universo de los 30.000 desaparecidos argentinos están los 1.900 de origen judío. ¿No les resulta raro, que la proporcionalidad fue mayor a la que hubiéramos podido creer en otras circunstancias? Sin lugar a dudas, una sobrerrepresentación de la población judía del país. Fueron tiempos difíciles, en los cuales muchas de las puertas de las instituciones judías permanecieron cerradas, enmudecidas o entumecidas, sin la posibilidad de colaborar en la búsqueda desesperada de los familiares de desaparecidos. Su larga lucha continuó y hace más de diez años la AMIA tuvo la inteligencia de abrir sus brazos y decirles: ‘la comunidad judeoargentina quiere estar junto a nosotros’, porque no sería justo decir ‘junto a ustedes’. Ustedes son parte de nosotros y nosotros somos parte de ustedes, formamos una sola sociedad y no nos olvidemos de que somos un mismo pueblo. Tal vez, el hecho de no haberlo realizado antes no tiene una justificación lógica, pero lo importante es mirar hacia adelante. Lo importante es ver cómo la AMIA tuvo esa inteligencia de darse cuenta de que un eslabón de nuestra comunidad estaba faltando, y tal vez eran de los que más sufrieron. El eslabón de aquellos familiares de desaparecidos que tal vez gritaban en las calles por sus hijos, sus nietos, sus familiares, pero no tenían la posibilidad de gritar en su casa. Y créanme que la AMIA es su casa. Hoy es un orgullo para nosotros que, una vez más, como desde hace diez años, podamos estar acá todos juntos ejercitando la memoria y conmemorando, lamentablemente, ese hecho trágico”.

Rosa Tarlovsky, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y madre de Patricia Julia Roisinblit, quien fue secuestrada junto a su esposo, José Manuel Pérez Rojo, fue la siguiente oradora.

“Soy judía, jamás negué mi ascendencia durante toda mi actividad. Soy una madre de Plaza de Mayo judía y da la casualidad de que milito en Abuelas de Plaza de Mayo porque cuando se llevaron a mi hija, estaba embarazada de ocho meses”, aclaró.

El objetivo principal de Abuelas “es devolverles a nuestros queridos nietos su verdadera identidad, y aquí estoy para hablarles acerca de las pertenencias y el derecho a la identidad”, agregó Roisinblit antes de mencionar sus ancestros, que al igual que otros inmigrantes llegaron a la Argentina para asumir la identidad argentina.

La oradora afirmó estar muy contenta porque hace pocos días se encontró al “nieto 116”, pero también satisfecha por otro motivo: “Cada nieto que recuperamos es un logro porque nos damos cuenta de que no estábamos equivocadas cuando empezamos y dijimos que a nuestros nietos nos los tienen que devolver porque son los únicos desaparecidos con vida. Nosotras buscamos vida, a esos desaparecidos, sin olvidar a sus papás”.

“Hace 15 años encontré a mi nieto. Me nació un nieto de 21 años. Se imaginan el trabajo que me dio conquistar el amor de ese nieto. ¿Cómo me puede querer si no me conoce? Me llevó 15 años conquistarlo. Hace 15 años que estoy muy en contacto con él. Al principio fue muy difícil todo, y hoy puedo decir que la relación es buena, que es un hombre de bien, de hogar. Se casó, tiene dos hijos que son una belleza y soy bisabuela. Es un muchacho muy capaz, que se va acercando despacito, que se hizo cargo de la realidad despacito también, pero hoy es un digno nieto de las Abuelas de Plaza de Mayo”, contó.

“Hace 37 años que voy todos los días a la casa de las Abuelas y trabajo allá, y puedo decir con orgullo que confeccioné, hace muchos años, una lista de nietos cuyos padres eran de origen judío y tengo la satisfacción de decir que por 30 años la llevé prácticamente por todo el mundo. Me parece que no nos fue tan mal porque las Abuelas somos conocidas, reconocidas y, sin pecar de orgullosa, puedo decir que admiradas en el país y afuera”, prosiguió Roisinblit.

La vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo también se refirió “al desprecio” sufrido durante la dictadura: “Todos sabemos que los judíos eran tratados peor porque aquellos que milagrosamente se salvaron del calvario lo contaron, pero tenemos que seguir adelante; tenemos 30 años de gobiernos constitucionales en nuestro país y eso es mucho decir. Me parece que no solo debemos recuperar la identidad de nuestros nietos, hay que recuperar la identidad de nuestro país, que fue tan maltratado y cercenado durante la dictadura, y me atrevo a decir que también necesitamos asegurar la identidad latinoamericana porque mientras hubo dictadura en nuestro país, también la hubo en Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia y casi toda Sudamérica”.

Posteriormente, Pablo Llonto, periodista y abogado, quien colaboró ad honorem con el Centro de Estudios Legales y Sociales y actualmente representa a 270 familias de desaparecidos -31 de ellas, de origen judío- en 11 megacausas por delitos cometidos en los campos de concentración ESMA, Campo de Mayo, Automotores Orletti, La Tablada y Superintendencia de Seguridad Federal, reflexionó sobre la importancia de la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, establecida el 10 de diciembre de 1948, rescató la militancia y la historia de los desaparecidos -entre ellos, los judíos- y ponderó la actitud del juez federal Daniel Rafecas, quien instruyó al personal de su juzgado para que cuando le tomasen declaraciones a sobrevivientes de los centros de detención les preguntasen sobre el trato que recibían los judíos.

Respecto a la actuación de la dirigencia de las instituciones judía, el disertante sostuvo que muchas familias de desparecidos están dolidas, aunque consideró que lo mismo debe haber ocurrido en otras colectividades.

También solicitó la colaboración de los presentes en los juicios penales que se están llevando a cabo contra aquellos que realizaron secuestros durante la dictadura.

Durante el acto se proyectaron dos videos: el primero, referido a la visita que alumnos de la red judía efectuaron, a fines de noviembre, al Parque de la Memoria, y el otro con una síntesis de los testimonios que forman parte del Proyecto Testimonios-Eiduiot, que se está realizando para mantener vivo el recuerdo de los desaparecidos judíos mediante entrevistas a sus padres, otros familiares y amigos.

Finalmente, el Coro Kennedy entonó tres canciones relacionadas con la conmemoración y el presidente de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos, Marcos Weinstein, les agradeció al ex presidente de la AMIA Abraham Kaul, por la realización del homenaje, y a sus seguidores, por continuarlo.

“La comunidad judía no podía negar una parte de su historia, que tenía que ver con uno de los períodos más tristes de la Argentina, cuando muchos jóvenes desaparecieron por la represión ilegal de un Estado que tendría que haber actuado de una manera democrática. Cuando nos referimos a que hubo 30.000 desaparecidos y que 1.900 fueron de origen judío es un porcentaje enormemente alto cuando en la Argentina los judíos son menos del uno por ciento. Se mezclaron muchísimos sentimientos de jóvenes de querer mejorar el país, y cada uno intentó realizar sus cosas, y están los que nada realizaron y estaban en una lista… Todos ellos merecían que los rescatásemos de una historia triste también para la comunidad judía porque todos sabemos que aún hoy los pasos dados por una parte de los dirigentes comunitarios no fueron acordes a las circunstancias. Lo digo como una persona que trabajó activamente en la comunidad judía. No es fácil estar al frente de las instituciones: hay que evaluar muy bien si los pasos que se van a dar son para el bien de la comunidad o, en última instancia, van a agravar la situación. Lo hago con la delicadez que corresponde, pero también con el dolor que los familiares permanentemente han manifestado, y me pareció que era el momento de recuperar esa historia. Hubo que trabajar mucho en nuestra comunidad y en la Comisión Directiva de la AMIA para que se pudiera reconocer que era un acto necesario, y no de venganza. Era un acto de recordación, de reconocimiento, porque cada vez que los recordamos, los traemos de vuelta a la vida”, declaró Kaul a la Agencia Judía de Noticias (AJN).

Entre otros dirigentes y funcionarios estuvieron presentes Nati Brooks, ministro consejero de la Embajada de Israel; el rabino Gabriel Davidovich; Julio Schlosser, titular de la DAIA; Pablo Reisman, vicepresidente 2º de la AMIA; Gabriel Gutesman y Fabián Udler, vicepresidente 1º y secretario general de la OSA; Osvaldo Sultani, titular de FESERA; Max Gulmanelli, secretario de Gestión Educativa y Coordinación Pedagógica de la Ciudad de Buenos Aires; Baruj Zaidenknop, director pedagógico de la Dirección General de Educación Privada; Liliana Korenfeld, superintendenta de Salud del Ministerio de Salud de la Nación; María José Lubertino, directora del Observatorio del Derecho de las Personas con Discapacidad; Cristina Gómez, directora de Educación del Parque de la Memoria; Claudio Altamirano, coordinador del Programa de Educación y Memoria del Ministerio de Educación porteño; y Daniel Filmus, secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas.

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