El Centro Médico Laniado de Netanya, único hospital de la ciudad, sabe bien de qué se trata la labor de recaudar fondos. 300 mil personas son las que debe servir este medio de salud y no siempre es sencillo poder proveer a todos por igual.
El hospital, con más de 400 camas, fue fundado en 1975 por el rabino Yekutiel Halberstam, sobreviviente del Holocausto.
Halberstam concibió el centro médico como un lugar de acuerdo a la ley judía pero con la obligación de atender a personas de cualquier «raza, religión o etnia». Y es el único en todo el país que tiene una cláusula de `no-huelga` en el contrato de sus trabajadores.
El centro Laniado debe mantenerse a sí mismo ya que no está subvencionado por el Estado. Además de tener una sala de emergencias, el hospital atiende a 45 mil personas en consultorios externos en todas las especialidades excepto cardiología y neurocirugía.
El gobierno de los Estados Unidos colaboró en la década del 70 aportando dinero para financiar la construcción, y apoya un programa contra el SIDA.
Entre los pacientes se encuentran muchos niños y adolescentes, residentes tradicionales de Netanya o inmigrantes, que se atienden en Laniado.
«Hasta abril teníamos 30 camas, tres o cuatro por cuarto, en el Centro Korall de Niños (perteneciente al hospital)», confesó el doctor Jacob Schachter, jefe del departamento de Pediatría desde 1998. «Fue muy difícil. En inviernos tuvimos 45 chicos y hubo que atender a muchos en los pasillos. Se pierde toda la dignidad humana».
A pesar de haber recaudado dinero para la creación del Hospital de niños, todavía no se recuperó la inversión, contó Schachter. «Hicimos una campaña en la radio y juntamos mucha plata, pero todavía queda un agujero en el bolsillo».
Fuente: Jerusalem Post
Traducción: Leila Mesyngier