El Parlamento palestino aplazó hoy una reunión dedicada a las reformas prometidas por el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, y exigidas por los diputados, oficialmente para permitir la participación de los parlamentarios en una jornada de apoyo a la huelga de hambre de los palestinos detenidos en Israel.
Sin embargo, varios ediles del Consejo Legislativo Palestino (CLP, Parlamento) afirmaron que la reunión fue aplazada después de que el presidente Arafat se negara a tomar medidas concretas para combatir la corrupción y poner en marcha reformas como él mismo prometió en un discurso el pasado 18 de agosto.
«La reunión fue aplazada debido a la jornada de apoyo a los prisioneros, pero también debido a la falta de acuerdo entre el presidente Arafat y los miembros de la comisión parlamentaria sobre las reformas», afirmó el vicepresidente del CLP, Hasan Jreishe.
En previsión de la reunión del Parlamento, que se anuncia muy agitada, Arafat se entrevistó anoche con diputados de su movimiento, Al Fatá, con los que cuenta para impedir la adopción de posibles mociones que podrían situale en una situación difícil o provocar la dimisión del Gobierno de Ahmed Qureia. Según uno de los participantes, Arafat rechazó ceder en esta reunión.
Desde hace varias semanas, Arafat, de 75 años, se enfrenta a peticiones cada vez más apremiantes para que efectúe reformas en el seno de su administración frente a acusaciones de corrupción y al caos de la seguridad. Esta situación se hizo evidente en julio cuando tuvo lugar una ola de secuestros y ataques contra edificios gubernamentales.
En relación con la huelga de hambre, más de 2.000 palestinos desfilaron hoy martes por las calles de Hebrón, en Cisjordania, en apoyo al amplio movimiento de prisioneros palestinos detenidos en Israel. Los manifestantes, entre los que figuraban niños con cadenas y policías sin armas, reclamaron la liberación de los presos y, en espera de ello, una mejora inmediata de sus condiciones de detención.
Entre 3.000 y 4.000 de los 7.500 palestinos encarcelados por Israel siguen el movimiento de huelga de hambre iniciado el pasado 15 de agosto para exigir mejores condiciones de detención. Los prisioneros protestan sobretodo por los vidrios que los separan de sus familias en las salas de visitas, así como por los registros corporales «humillantes» y por los castigos en celdas especiales muy pequeñas. Las autoridades israelíes anunciaron que no cederían a ninguna demanda y multiplicaron las presiones para detener la huelga.
Fte E,Press