Esta decisión tuvo lugar en la misma jornada en que el presidente palestino, Yasir Arafat, admitió la existencia de errores «inaceptables» en el seno de su Gobierno.
Los miembros del Likud, partido nacionalista conservador que gobierna en Israel desde febrero de 2001, rechazaron por 843 votos contra 612 la propuesta de Sharon, según el escrutinio oficial definitivo dado a conocer el miércoles por la radio pública israelí.
En la reunión, celebrada en Tel Aviv, participaron 1.210 delegados, que representan el 42% de los miembros del comité central del Likud.
Esta derrota supone un fuerte varapalo para el primer ministro israelí, pues en su propio partido se impone la tendencia del grupo de «rebeldes», encabezados por el ministro sin cartera, Uzi Landau, quien no sólo rechaza las negociaciones con los laboristas sino que además impugna el plan para la «desconexión» de Gaza.
De hecho, la entrada de los laboristas habría garantizado la mayoría parlamentaria a su proyecto de evacuación de colonias en ese territorio.
Los resultados de la votación no tienen un carácter vinculante y por tanto no obligan a Sharon, que preside el Likud, a aceptar la propuesta de sus oponentes.
Sin embargo, la votación deja a Sharon en una precaria posición dentro de su propio partido, lo que según analistas políticos podría resultar en una escisión.
El primer ministro había ratificado horas su voluntad de seguir negociando la ampliación de su Gobierno de unidad con todos los partidos sionistas.
Fte El Mundo