El más infame episodio en la historia olímpica empezó temprano, en la mañana del 5 de septiembre de 1972, durante la Olimpiada de Munich, en lo que entonces era Alemania Occidental. Pistoleros de la organización terrorista palestina Septiembre Negro asesinaron a dos atletas israelíes y tomaron a otros nueve como rehenes.
Exigían la liberación de 200 terroristas detenidos en Israel, y paso libre para ellos y sus rehenes fuera de Alemania.
El embajador de Túnez y representantes de la Liga Arabe trataron de ayudar a los alemanes en las negociaciones con los terroristas. Israel se negó a liberar terroristas y , en cierto momento, dos ministros de Alemania Occidental se ofrecieron para reemplazar a los rehenes.
Todos los intentos fracasaron. Después de más de 12 horas en la Villa Olímpica, los terroristas accedieron a abandonar el complejo y fueron llevados, junto con sus rehenes, en helicóptero, hacia un aeropuerto militar. Cuando los palestinos caminaban esposados a sus rehenes por la pista hacia un avión que los esperaba, francotiradores alemanes intentaron dar muerte a los terroristas. Toda la operación fracasó y los terroristas dispararon a sangre fría contra sus rehenes.
Un segundo grupo de rehenes murió al ser arrojada inadvertidamente una granada alemana al interior del helicóptero en el que aún aguardaban. Cuando todo hubo concluido los nueve rehenes habían muerto (además de los dos deportistas asesinados antes) y se había dado muerte a cinco de los ocho terroristas palestinos.
Aunque la reacción mundial fue de shock y sorpresa, los Juegos Olímpicos se reanudaron tan sólo 24 horas después, luego de un servicio religioso en memoria de los deportistas israelíes asesinados. Los participantes israelíes sobrevivientes regresaron de inmediato a casa. Ninguna otra delegación se unió al llamado de Israel de suspender por completo los Juegos; no obstante, cinco deportistas de otros países abandonaron los Juegos en señal de solidaridad.
En la Olimpiada de Barcelona en 1992, Yael Arad, que finalizó segunda en su competencia de judo, dedicó la primera medalla obtenida alguna vez por Israel a la memoria de los israelíes masacrados en Munich. El movimiento olímpico no recuerda oficialmente la tragedia de Munich, aunque después de los Juegos de Atlanta en 1996 se observó un minuto de silencio por todas las víctimas del terrorismo en las Olimpiadas. En el mes de marzo del 2000, Arthur Cohn y Kevin Macdonald obtuvieron el Oscar en la categoría del Mejor Documental por su película «Un día en septiembre», que relata la historia de la masacre de Munich. «Yo era amante de los deportes y tenía la fuerte sensación de que ése fue un acontecimiento crucial, una terrible tragedia de la que la gente no sabe nada», dijo Cohn.
Fte Cidipal