El ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, ha declarado que ha habido un «serio malentendido» con los comentarios del primer ministro israelí.
Mientras, el Gobierno de Tel Aviv ha intentado minimizar la crisis con Francia al definir el incidente como un «malentendido cultural». «No hay crisis entre los dos países sino un malentendido cultural que ahora hay que disipar dándose tiempo para la reflexión», según el portavoz del Gobierno de Sharon, Avi Pazner.
«Para nosotros, el llamamiento del primer ministro a los judíos del mundo entero y no sólo a los de Francia constituye uno de los fundamentos ideológicos del Estado de Israel, mientras que los franceses ven otra cosa en esta spalabras», ha añadido Pazner, ex embajador en París.
«El primer ministro no tenía ninguna intención de herir a nadie. De hecho, ha rendido homenaje a la firme acción emprendida por Chirac contra el antisemitismo», ha añadido.
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