«Hay que tener también en cuenta que muchas veces las autoridades que representaban a la comunidad judía no estaban a la altura de las circunstancias», sostuvo la primera dama en declaraciones publicadas hoy por el diario judeo argentino Itón Gadol.
Fernández se mostró contrariada «porque he tenido que ver cómo cambiaba algún representante de esa comunidad no en base a convicción sino en base a intereses tal vez personales como una entidad financiera», en clara referencia a Beraja, por entonces titular de la DAIA y presidente del desaparecido Banco Mayo, que hoy está detenido por supuesto fraude.
«Esto ya no me avergüenza como ciudadana argentina sino como ser humano. Que alguien pueda negociar cosas que están tan vinculadas a lo de uno, porque crímenes puede haber, hechos asesinatos, pero cuando estos crímenes son de lesa humanidad porque son la razón de la raza o de las ideas o de la religión, a mi me provocan mayor indignación», indicó Fernández.
«Y muchas veces -prosiguió- alguien de esa agrupación religiosa, esa misma convicción, esa misma etnia, traiciona a los suyos, eso me rebela como ser humano, por eso tengo sensaciones encontradas no solamente como miembro del Senado argentino, no como primera ciudadana, no como ciudadana, hay cosas que me repugnan a nivel de la calidad humana».
Para la senadora, la responsabilidad de que pasados 10 años aún no se haya esclarecido el atentado «es estrictamente de las instituciones, no me cabe ninguna duda, y no hablo sólo de las instituciones del Estado hablo de las instituciones que representaban a la comunidad judía: quienes la representaban no estuvieron a la altura de las circunstancias».