398
Por Sergio Pikholtz*
Son conocidas por quienes de alguna manera integramos al grupo de judíos institucionalizados de la Argentina, las desavenencias creadas en la clase dirigente comunitaria.
Las elecciones en la Amia, los conflictos entre los diversos grupos de pertenencia de familiares del atentado y a su vez de éstos con las autoridades comunitarias y las políticas de complacencia con el poder político nacional son los ejemplos mas acabados de la división en la que se encuentra nuestra comunidad.
Claro está, el estado de crispación general de nuestro país, la confrontación permanente y la descalificación del otro por pensar diferente, influyen en lo que nos pasa puertas adentro, incluso con la aparición de actores que han impregnado nuestra institucionalidad con luchas de poder ajenas, como por ejemplo la contienda entre el gobierno nacional y el de la ciudad de Buenos Aires.
En un capítulo más, estos últimos días ha surgido un nuevo foco de conflicto, las declaraciones de Marcos Aguinis en su columna de opinión de La Nación, donde marcó un paralelo entre las juventudes hitlerianas, y determinados grupos de militantes kirchneristas.
Han salido en los medios declaraciones personales e institucionales a favor y en contra, concediendo una enorme importancia a estas declaraciones, no desde el fondo de la cuestión, que es el análisis político de un intelectual reconocido y claramente identificado con sus ideas, sino desde la necesidad de calificar todo para marcar una diferencia, de este lado están éstos, y de este otro lado estamos nosotros.
Desde ya resulta preocupante que impere el ellos y el nosotros, cuando todos estamos llamados a ser parte de una comunidad, construida en consenso desde el disenso.
La discusión y el intercambio de ideas como camino para la construcción de un colectivo deberían primar en nuestro accionar como dirigentes comunitarios, no como fines en sí mismos de un debate que nunca termina y que cada día nos aleja un poco mas, sino como edificadores del acuerdo.
En estos días el punto es si lo que hizo Aguinis es banalizar la Shoá, poniendo esta discusión en un marco donde pareciera que la historia del declarante, su trayectoria y su marco identitario de origen, su orgullo judío y su pro israelismo militante carecieran de importancia.
Se me ocurría pensar si precisamente no se está haciendo, aquello mismo de lo que nos quejamos, en síntesis, banalizar no la Shoá, sino banalizar a los que efectivamente y a conciencia y con determinación ideológica banalizan la Shoá.
En esta instancia el liberal Aguinis queda en un mismo plano de igualdad que la progresista Hebe de Bonafini quien no se cansa de repetir que Gaza es peor que Auschwitz y que los judíos queremos adueñarnos del mundo.
La calificación de banalizador de la Shoá que se le impone en estos días al escritor argentino, no hace más que banalizar a quienes lo hacen todo el tiempo.
Si Aguinis banaliza, cualquiera banaliza, por ende, nadie banaliza.
Así como definimos que quien pone en pie de igualdad la mayor persecución sistematizada de la historia humana a un grupo de personas como lo fue la Shoá con cualquier conflicto o persecución minimiza la tragedia, deberíamos evitar minimizar la banalización. Si cualquier persecución es equiparable al holocausto, el holocausto no fue tal, si cualquier opinión, venga de quien venga, banaliza nuestra tragedia, pues lo banal es tan amplio e igualitario que pierde importancia.
Es probable que Aguinis se haya equivocado en sus apreciaciones, que intentara erradamente manifestar una idea utilizando argumentos tal vez cuestionables, pero no podemos olvidar que de la pluma del notable escritor han salido alegatos libertarios condenatorios de toda forma de fascismo y opresión.
Insisto: ¿son lo mismo Aguinis y Hebe refiriéndose a la Shoá? ¿equiparar las palabras de ambos no legitima a la última?
Sin embargo ahora que llego al final de estos pensamientos me pregunto si es esto último, o si al fin y al cabo el liberal confeso Aguinis, predicador de mil batallas antifascistas es el próximo blanco de nuestra judería nac & pop.
*El firmante es directivo comunitario y presidente de la comisión directiva del Centro Hebreo Ioná de la ciudad de Buenos Aires. Sus expresiones no manifiestan necesariamente el pensamiento de la comunidad que preside, ya que son emitidas a título personal.