La declaración paralela de Sharon tiene por objeto frenar cualquier crítica de parte de EEUU, Egipto o Jordania, que participan en los preparativos para que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se haga cargo del orden en la banda autónoma.
El plan enmendado estipula también que desde ahora no habrá más construcción ni inversión pública en los asentamientos judíos de Gaza, si bien el Gobierno seguirá preocupándose de las «necesidades de rutina de su población y de los servicios municipales».
La votación en el Gobierno israelí parece poner fin a un mes de frenéticos procesos políticos y mediaciones destinados a ganar la mayoría en el Consejo de Ministros, proceso que comenzó el 2 de mayo cuando los militantes del Likud rechazaron el plan original en un referendo interno.
Aquel fracaso, y la imposibilidad de convencer a la «troika» del Likud de que respaldase el plan original, bloquearon la iniciativa del primer ministro, le pusieron en entredicho a nivel internacional y desencadenaron la peor crisis que ha sufrido Sharon en su segundo Gobierno.
Fte El Mundo