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En ciertos momentos, mientras se ven escenas de un programa emitido por la televisión palestina el 25 de octubre del año pasado, es difícil creer que es el canal oficial de la televisión de la Autoridad Palestina y la Organización para la Liberación Palestina, y no de Hamas o la Jihad Islámica.
Y sin embargo, el programa en cuestión muestra un “informe de campo” de la televisión palestina de Tulkarem en el que se relatan las aventuras del terrorista Abbas a-Said, quien está encarcelado en Israel y sentenciado a 35 cadenas perpetuas.
Este es un hombre que fue considerado al comienzo de la década pasada jefe del ala militar de Hamas y responsable de los dos bombardeos suicidas más duros de Israel, incluyendo el ataque al Hotel Park en Netanya y la noche de Pascua en el 2002.
El periodista, quien trabaja en un programa dedicado a las familias de los prisioneros, no se ahorró los elogios: “Estamos afuera del hogar del héroe guerrero, el comandante, el león de la prisión, Abbas a-Said”.
Y la obra continúa. El periodista se dirige a dos mujeres ex prisioneras liberadas que están sentadas en la casa de a-Said y les pregunta: “¿Cómo se sienten ahora que están sentadas en la casa de un líder, un héroe, el vencedor del enemigo, el invicto de la prisión, el león de la investigación?”
Una de ellas, Dia al-Jiosi, respondió que a-Said fue un modelo masculino “para ellas”. Luego el periodista entrevista a vecinos del “héroe”. Uno de ellos explica que a-Said es “la corona en nuestras cabezas que llevó la redención a la nación, sin duda ha hecho a todos orgullosos”.
Aparentemente, este ejemplo no es atípico de la televisión oficial palestina, incluso en la era del domino del jefe Mahmoud Abbas. Nan Jacques Zilberdik, analista de Palestinan Media Watch (organización israelí de vigilancia de los medios palestinos), explica que en la televisión palestina “no hay un mensaje de paz con Israel”.
Zilberdik, quien nació en Dinamarca, publicó recientemente, junto con el director de PMW, Itamar Marcus, un libro llamado “Engaño”, que monitorea a los medios palestinos por un año comenzando en mayo del 2012, con un énfasis en las emisiones televisivas. Los descubrimientos del libro, en algunos casos, disparan preocupación, en otros principalmente nauseas.
PMW, debería destacarse, fue mencionado recientemente como un grupo del ala derecha que entrega información a la oficina del primer ministro israelí sobre los medios palestinos. Sin embargo, una mirada más cerrada a los descubrimientos del libro y las emisiones revela que, sin importar la inclinación política, los jefes de la televisión palestina están lejos de llevar un mensaje de paz.
“No hay educación hacia la paz. La nueva generación palestina que ve televisión palestina no escucha que Tel Aviv o Ashkelon son ciudades israelíes. Escucha que son ocupadas y que deben ser liberadas. No hay discurso de compromiso ni concesiones. En los medios israelíes, por otro lado, uno ve tales discursos”, dijo Zilbedik en una entrevista.