Funcionarios del área de seguridad de Nueva Zelanda sospechan que agentes del servicio de inteligencia israelí Mossad estaban tratando de obtener información sensible de las bases de datos del gobierno de ese país. Las autoridades sospechan que uno de los agentes era Ofer Mizrahi, uno de los tres israelíes muertos en el terremoto en la ciudad de Christchurch en febrero pasado.
De acuerdo a lo informado por el periódico de Southland Times, las autoridades de Nueva Zelanda iniciaron una investigación sobre lo que un importante funcionario de seguridad llamó como "actividades sospechosas de varios grupos de israelíes durante e inmediatamente después del terremoto".
Además, hubo una amplia cobertura de medios locales de los equipos de búsqueda que fueron enviados de Israel después del terremoto, según consignó el diario Haaretz.
Según el informe, los equipos israelíes enviados a Nueva Zelanda a la zona del desastre “no estaban coordinados en forma previa con las autoridades de Jerusalem, y se encontraron con dificultades después de que las autoridades locales les impidieran sumarse al operativo de rescate”.
El informe destacó que la reacción de Israel por las víctimas y desaparecidos israelíes no tuvo precedentes. Por ejemplo, el primer ministro John Key, que es judío, habló con su par Benjamin Netanyahu cuatro veces el día del terremoto.
También precisó que el embajador de Israel Shemi Tzur, que se encontraba en la capital, Wellington, ordenó de inmediato un pasaje de avión a Christchurch.
A eso se agrega que los tres israelíes que sobrevivieron al accidente de tránsito en el que murió Mizrahi huyeron de la escena y se fueron detrás de él, diciendo que tenía cinco pasaportes.
El servicio de seguridad de Nueva Zelanda también tomó nota de que una página de Facebook creada en memoria de Mizrahi tiene sólo cinco "le gusta".
Shemi Tzur, el embajador israelí en Wellington, negó las acusaciones y las rechazó al calificarlas como de "ciencia ficción".
GB
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