Itongadol.- Si no se aprueba un «proyecto de ley significativo» que garantice el alistamiento de los haredíes, «el modelo de “ejército popular” se derrumbará por completo», advierte Ze’ev Elkin, MK del partido Nueva Esperanza y miembro del gabinete del primer ministro Benjamín Netanyahu.
En una conferencia pronunciada en la Universidad de Tel Aviv, Elkin, ministro del Ministerio de Finanzas, indicó que aprobaba las instrucciones del jefe del Estado Mayor de las IDF, teniente general Eyal Zamir, a la Dirección de Personal del ejército para que presentara inmediatamente un plan para aumentar drásticamente el número de órdenes de alistamiento enviadas a los miembros de la comunidad ultraortodoxa, pero indicó que esa medida no funcionará a menos que se aumente significativamente la aplicación de la ley contra los que eluden el reclutamiento.
«El jefe del Estado Mayor de las IDF está actuando actualmente de acuerdo con una ley sobre un servicio militar obligatorio universal. Pero esta cuestión se refiere a un error histórico cometido hace décadas, que eximió del servicio militar a un amplio segmento de la población», afirma.
«Enviar decenas de miles de órdenes de reclutamiento no dará un resultado positivo. Entre 60.000 y 70.000 personas recibirán órdenes de reclutamiento, pero no habrá una aplicación real. Con el tiempo, Las IDF se verán obligadas a admitir que no están aplicando la ley de manera equitativa«, argumenta, pidiendo la aprobación de una ley de reclutamiento »con dientes de verdad».
«Si seguimos por el camino actual, el modelo de “ejército popular” se derrumbará por completo», advierte Elkin. «Durante décadas no se hizo nada. Ahora necesitamos una ley especial para ponerlo en marcha. Si esto fracasa – nos quedaremos con decenas de miles de órdenes de reclutamiento y sin capacidad para que Las IDF las hagan cumplir.»
Volviendo a la política, Elkin admite que está en total desacuerdo con muchos de sus colegas del gabinete en el sentido de que cree necesaria una comisión nacional de investigación sobre el 7 de octubre.
«Creo que el gobierno comete un error al no establecer esta comisión. No creo que la comisión revele necesariamente ningún dato nuevo importante, pero la desconfianza y la polarización de la opinión pública la hacen necesaria», afirma. «Una comisión estatal de investigación permitiría a los israelíes sentir que no se les está engañando, que se está haciendo algo real. Es el paso correcto, y no podemos ignorar la crisis existente».