En el acto estuvieron presentes autoridades de la AMIA, encabezadas por su presidente Guillermo Borger y su secretario General Julio Schlosser; Carlos Frauman, presidente de la OSA; Lior Ben Dor, consejero de la Embajada del Estado de Israel; Enrique Zadof en representación de la DAIA; miembros de CAAMI, el periodista especializado en publicaciones científicas Tulio Huberman, la doctora Elena Lewin y familiares de la homenajeada.
El presidente de la AMIA expresó “actos como el que se esta realizando son ‘un recreo en la incesante gestión de la AMIA’”, agregando luego “es un honor para la AMIA recibir a la doctora Sacerdote de Lustig”.
Por su parte el secretario general de la AMIA, Julio Schlosser, destacó que “este homenaje es el reconocimiento de toda la comunidad, y hace a la finalidad de la institución y enaltece la tarea de quienes estamos todos los día acá”, luego de lo cual entregaron una placa en la que designa a la doctora Eugenia Sacerdote de Lustig como visitante ilustre de la institución.
Tulio Huberman y Elena Lewin se refirieron a la importante labor científica de la homenajeada. El doctor Cohen Bello, presidente de CAAMI, manifestó que “es un gran honor en representación del CAAMI, entregarle un presente a la doctora, a quien se designó Miembro de Honor del Capítulo Argentino de la Asociación Médica Israelí, en mérito a su destacada trayectoria como pionera en la investigación científica”.
Posteriormente Lior Ben Dor expresó que en la doctora Sacerdote de Lustig se observa el espíritu del pueblo judío, que ante la adversidad busca siempre un camino alternativo. También la saludaron Carlos Frauman y Enrique Zadoff.
Eximia científica, Eugenia Sacerdote (99) es hija de una tradicional familia judía italiana que decidió estudiar medicina en años en los cuales esa profesión estaba casi exclusivamente ejercida por hombres, obteniendo su título en los años en que Mussolini implantó las leyes raciales contra los judíos, debido a lo cual tuvo que dejar el ejercicio de la clínica médica y se especializó en la investigación, convirtiéndose en una de las precursoras científicas en el estudio del cultivo “in Vitro” de células, lo que actualmente se denomina “célula madre”.
Casada con Maurizio Lustig, un ingeniero que trabajaba en una de las fábricas Pirelli, cuando las disposiciones contra los judíos se vuelven más virulentas la empresa lo destina a una de sus plantas en Argentina, en 1939, donde arriba junto a la doctora Sacerdote y la primera de sus hijas.
Mientras don Maurizio trabajaba en Pirelli, la doctora Lustig no pudo lograr que le revalidaran su título de médica debido a lo cual y gracias a la gestión de los doctores Houssay, De Robertis, Mendez, algunos de los más destacados especialistas en el estudio de los tejidos humanos del país, consigue que la contraten como auxiliar de investigación en la cátedra de Histología Embriológica de la facultad de Medicina de la UBA. Más de una década después, durante la presidencia del doctor Arturo Frondizi, puede revalidar su título de doctora en medicina, cuando ya era una de las más reconocidas investigadoras en su especialidad, el cultivo de células vivas.
A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su labor científica, y el homenaje de CAAMI, institución que cuenta con el auspicio de la AMIA, se llevó a cabo en la sala de sesiones de la institución, siendo presidido por su titular Guillermo Borger y el presidente de CAAMI, doctor León Cohen Bello.
La doctora Sacerdote de Lustig agradeció las distinciones recibidas, recordando que cuando se recibió de médica “enseñaba italiano a los médicos judíos alemanes expulsados por Hitler, ya que no querían perder su profesión y la persona que me enseño hacer el cultivo de célula era una muy buena técnica que se escapaba de Alemania y como no tenía posibilidades económicas vivía al lado de los animales utilizados en el laboratorio”.
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