El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, ha salido al paso de las conjeturas respecto a una inminente guerra con Siria, afirmando que ni su Gobierno ni Damasco quieren un enfrentamiento, aunque señaló que esto no significa que habrá negociaciones de paz.
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«Ni Israel ni Siria desean ni están interesados en una guerra», dijo Olmert durante una reunión con embajadores europeos el jueves sobre la que se informó hoy, pero señaló también que no por ello va a haber negociaciones de paz pues sigue habiendo un desacuerdo de base respecto a las mismas.
Según informaron a Efe participantes a la reunión, Olmert explicó a los embajadores su malestar por los comentarios sobre el peligro de guerra con Siria que se están publicando últimamente, y opinó que eso alimentan la posibilidad de un malentendido y de un ataque por error de calculo.
Respecto a las posibilidades de un diálogo con Siria, el primer ministro afirmó que Damasco en lo que está de verdad interesado es en establecer una nexo con Estados Unidos, no con Israel, y que esta actitud no resulta muy útil.
Esta es la conclusión, dijo, a la que se ha llegado tras analizar los mensajes de Siria y en particular del presidente Bachar al Asad en los que se han hecho ofertas de diálogo a Israel.
Estados Unidos, por su parte, no está interesado en un diálogo con Siria, siguió explicando Olmert.
Israel quiere «negociaciones directas, sin mediación estadounidense» y los sirios «saben como se puede hacer», concluyó Olmert según una de las fuentes.
Afirmó que su Gobierno no pondrá ninguna condición para entablar un diálogo bilateral con Siria.
También en el caso de posibles negociaciones, Olmert se pronunció por mantener la mayor discreción posible y opinó que los debates públicos al respecto son perjudiciales.
Olmert explicó, por otra parte, la política israelí hacia la Autoridad Palestina tras la toma de poder en Gaza por del grupo islamista Hamás, y reiteró su apoyo al presidente y líder del movimiento nacionalista Al Fatah, Mahmud Abás, con quien dijo que se reunirá el próximo lunes.
Dentro de pocos días, además, Israel liberará a unos 250 presos de Al Fatah encarcelados en este país y está dispuesto a dar otros pasos para reforzar a Abás, dijo Olmert.
Señaló, no obstante, que el alcance del apoyo dependerá de la voluntad que demuestre el presidente palestino y el gobierno de emergencia formado por él, de actuar para desmantelar las infraestructuras terroristas en Cisjordania.
Olmert señaló que no se luchó contra estas infraestructuras en Gaza y que espera que ahora se haga en Cisjordania.
Respecto a Hamás, el primer ministro israelí se limitó a decir que «no es inevitable» que mantenga su fuerza actual.