Abbas, que lidera la secular facción Fatah, se preparaba para tomar juramento el sábado a un nuevo primer ministro y a un gabinete de emergencia que produciría el fin del embargo de ayuda por parte de Estados Unidos. El presidente despidió al gobierno de Hamas después de que el grupo tomara el control de Gaza.
Abbas ha escogido a Salam Fayad, un legislador independiente apoyado por Occidente, para que sirva como primer ministro del nuevo Gobierno, lo que para los islámicos de Hamas equivale a un golpe de Estado.
El oficial de Hamas Sami Abu Zuhri dijo que 150 partidarios de este grupo fueron «secuestrados» en la ocupada Franja de Gaza en lo que llamó actos de «terrorismo real» de las fuerzas de Fatah.
El cónsul general de Estados Unidos que lleva las relaciones con los palestinos dijo que Washington levantaría el bloqueo sobre la ayuda financiera directa al nuevo gobierno, lo que allanaría el camino para que la Unión Europea e Israel hicieran lo mismo.
El legislador palestino Hanan Ashrawi dijo que el gabinete de Fayad se enfrenta a desafíos desalentadores, el principal de ellos «garantizar el imperio de la ley y evitar que se propague el caos de Gaza a Cisjordania.»
Abbas despidió el jueves al Gobierno de unidad que formó con Hamas hace tres meses, después de que el grupo sacara a sus tropas en la Franja de Gaza y comenzó a imponer un nuevo orden en el enclave tras varios días de sangrienta guerra civil.
Haniyeh, quien tiene su base en Gaza, se ha negado a aceptar su despido como primer ministro.
Bajo la ley palestina, Abbas puede declarar el estado de emergencia por hasta 30 días. El estado de emergencia puede extenderse otros 30 días, pero sólo después de obtener la aprobación de dos tercios del Parlamento.
Hamas tiene la mayoría en el Parlamento, aunque Israel ha arrestado a casi la mitad de sus diputados, lo que pone en duda su mayoría y puede dificultar que se alcance el quórum necesario. Eso podría permitir que Abbas mantenga el estado de emergencia en vigor por más tiempo.
Algunos diplomáticos de Estados Unidos y Fatah han señalado que Abbas podría gobernar por decretos durante seis meses a un año antes de nuevas elecciones.