Algunos observadores locales suponían que -tras las condenas de la comunidad internacional por operaciones militares en la franja de Gaza, en las tres últimas de las cuales «por errores» del Ejército perdieron la vida cerca de treinta palestinos, la mayoría civiles- Sharón desea «capitalizar políticamente» el atentado terrorista ante la llegada mañana, miércoles, del enviado estadounidense William Burns.
Burns, en gira por varios países de Oriente Medio, tiene previsto presentar un plan de paz del presidente estadounidense, George W.
Bush, a Sharón y a un grupo de ministros designados por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, con quien no se reunirá.
En el atentado terrorista con una carga explosiva de unos 80 kilos dentro de un coche-bomba que explotó al «empotrarse» en la parte trasera de un autobús de línea, también resultaron heridas otras 65 personas, entre ellas dos niños de 2 y 14 años.
Hasta esta mañana trascendieron sólo los nombres de tres de los catorce muertos, que aparentemente eran pasajeros que viajaban en la parte trasera del autobús, debido a la dificultad para identificar a las víctimas.
El Ejército y la policía de fronteras han aumentado el número de efectivos para reforzar la vigilancia en las carreteras de Galilea del este y que limitan con varias localidades palestinas, entre ellas Jenín, debido a los ataques palestinos registrados últimamente en esa zona y a «decenas de llamadas de alerta» acerca de otros en ciernes, según fuentes de la seguridad.
Los efectivos policiales controlaban todas las rutas y vigilaban los centros con gran concentración de ciudadanos en la zona y en varias localidades del área, como Hedera y Afula, en la que se registraron varios atentados desde que comenzó, hace más de dos años, el alzamiento o «intifada» de los palestinos.
Investigadores policiales creen que el suicida islámico llegó con la dinamita en un todoterreno desde la vecina ciudad de Jenín, situada a unos cinco kilómetros del lugar del ataque, con la ayuda de otros activistas que regresaron a Cisjordania.
Otras fuentes creen que, como en otros casos, el atacante habría recibido ayuda logística de miembros de la minoría árabe de Israel, la mayoría de cuyos miembros reside en Galilea y muchos junto a la llamada «línea de costura» o «línea verde», el límite entre el territorio de este país y los ocupados de Cisjordania.
A pesar del atentado de la Yihad, que junto con el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS) se opone al proceso de paz porque no reconoce la legitimidad del Estado israelí, oficiales militares de este país comenzaron anoche sus reuniones con representantes de la ANP para la evacuación de la ciudad palestina ocupada de Hebrón.
Este hecho era considerado en medios políticos como un indicio de que Sharón y su ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, están decididos a seguir con un plan escalonado para retirar sus tropas de las ciudades palestinas autónomas de Cisjordania, invadidas en junio pasado a raíz de un doble ataque de suicidas islámicos en Tel Aviv.
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