Jana Beris.
Las medidas tomadas por Israel contra Hamas en la Franja de Gaza indican el comienzo de un cambio.
Una semana después de la intensificación del lanzamiento de cohetes Kassam por parte de Hamas desde la Franja de Gaza contra la ciudad de Sderot y sus alrededores, Israel movilizó tanques y tropas dentro de territorio palestino, aunque sin disparar.
Asimismo, atacó con misiles, desde el aire, a tres blancos de Hamas en la ciudad de Gaza, matando de siete a doce palestinos, según distintas fuentes.
«Israel no puede tolerar ataques contra sus ciudadanos», había advertido el ministro de Defensa, Amir Peretz.
«Hemos actuado hasta ahora con contención, pero la situación es insostenible», dijo, por su parte, la canciller, Tsipi Livni.
El fenómeno de los cohetes Kassam lleva ya más de seis años y fueron más de 1.500 los lanzados en ese lapso.
Lucha interna.
Desde la «tregua» de noviembre último y hasta la nueva escalada, cayeron en Israel cerca de 300 cohetes.
Esta semana se agregaron unos 30 más por día.
Aún así, resulta llamativo el escenario en que Israel comenzó a reaccionar: justamente cuando hay una seria lucha interna entre Hamas y Fatah en la Franja de Gaza.
Consciente, al parecer, de lo problemático del momento, el ministro de Defensa señaló que «Israel no tiene intención de intervenir en los choques internos en la Franja de Gaza».
Según Miri Eisin, portavoz del primer ministro Ehud Olmert, «Israel no tiene intención de verse arrastrado al conflicto interno palestino y responderá en el sitio, la forma y la medida en que Israel mismo elija».
Respuesta militar
Pero la sensación es que, de hecho, fue Hamas quien eligió el momento, al intensificar días atrás los disparos y «obligar» a Israel a responder.
En el propio comunicado que resumió, días atrás, la reunión de urgencia del gobierno sobre el tema, se llegó a la conclusión de que el ataque de cohetes de Hamas es, en esencia, un intento de esa organización de deslindarse de la responsabilidad por sus propios asesinatos de oficiales de Fatah, a fin de canalizar la tensión interna palestina contra Israel.
Israel niega que, con su respuesta militar a los cohetes, le esté haciéndole el juego a Hamas.
La BBC le preguntó al respecto al viceprimer ministro, Eli Yshai, durante una visita que éste, en su calidad de ministro de Industria, Comercio y Trabajo, realizó a la ciudad de Sderot para estudiar la situación.
Su réplica no logra aclarar el tema: «No estamos buscando vernos arrastrados a un operativo que pierda control, pero no podemos seguir como si acá no ocurriera nada», comentó.
La pregunta inevitable es si cambiar de rumbo traerá la respuesta a los Kassam que no se halló en más de seis años.
Cambio profundo.
«Hemos dado chance a todo y hace muchos meses que no se respondía, a pesar de los ataques, y éstos no cesaron», dijo el alcalde de Sderot, Eli Moyal.
«Nos retiramos de la Franja de Gaza, pero eso no puso fin a los ataques, sino todo lo contrario», añadió.
El general de brigada retirado Tzvika Fogel, quien fuera uno de los más altos oficiales del Comando Sur del Ejército y se mantiene ligado al mismo en su servicio de Reserva, cree que la respuesta es otra.
«Lo que hay que hacer es tomar el territorio de la Franja de Gaza, menos la ciudad misma de Gaza, y secar a Hamas, matar a cientos de sus jefes políticos y militares, bloquearles todo el paso de armas y dinero y dejarlos sin ninguna forma de respirar», le dijo a la BBC.
Desde un punto de observación, mirando a Gaza, Fogel recalcó: «Hay que convocar reservistas, introducir una fuerza grande en el terreno y hacer lo que nunca se ha hecho para terminar con esto de una vez».
Se refiere a algo mucho más profundo que el operativo «Muro de Defensa» llevado a cabo por Israel contra la infraestructura armada de los grupos radicales años atrás en Cisjordania.