Pero uno de los temas fundamentales era si el gobierno que pueda surgir de las negociaciones de La Meca será aceptado por Estados Unidos e Israel.
Si estos países consideran que el grupo de milicianos islámicos Hamas ha moderado
suficientemente su posición como parte del nuevo gobierno, podrían cancelar un boicot financiero al gobierno palestino. Además, también podría significar la reanudación del proceso de paz con Israel.
Las delegaciones de Hamas y Fatá, que es más moderado, mantuvieron reuniones hasta las 3.00 de la madrugada y luego reanudaron los encuentros a la media mañana del jueves en un palacio con vista a la Kaba, el sitio más sagrado para el islam.
El portavoz de Hamas Ghazi Hamad expresó en la tarde que podría llegarse a un acuerdo el jueves o viernes.
«Hemos avanzado en algunos puntos, y no existen puntos que puedan obstaculizar un acuerdo», dijo en rueda de prensa. «Tenemos una decisión clara de no dejar que el diálogo de La Meca fracase. No tenemos opción: o lo logramos o lo logramos».
Los líderes de ambas partes, el presidente palestino Mahmud Abbas de Fatá, y Jaled Mashal de Hamas, comenzaron las negociaciones el miércoles, con la promesa de no irse de La Meca hasta que lleguen a un acuerdo de coalición.
Algunos sectores consideran que un gobierno de unidad es la única forma de frenar meses de derramamiento de sangre y enfrentamientos que podrían desencadenar en una guerra civil.
El encuentro, patrocinado por Arabia Saudí, es un último intento de resolver la crisis que ha sacudido a los palestinos _y al proceso de paz con Israel_ desde que Hamas ganó los comicios en el 2006 y formó un gobierno.
Estados Unidos y sus aliados cancelaron los envíos de fondos al gobierno de Hamas e Israel se negó a negociar con él, aunque mantuvo conversaciones con Abbas.
Mientras tanto, las disputas del poder entre Hamas y Fatá se han incrementado y muchos temen que sin un acuerdo en La Meca, los enfrentamientos pueden conducir a una guerra civil.