Bush ha planteado cinco demandas a Hussein si quiere evitar un ataque norteamericano: renunciar a su arsenal de armas químicas, biológicas y nucleares; acabar con el apoyo al terrorismo, poner fin a la persecución civil, liberar al personal desaparecido en la guerra del Golfo de 1991, y poner fin a sus intentos por vulnerar las sanciones económicas de la ONU.
«Si se toman todos estos pasos, será señal de una nueva apertura y responsabilidad de Irak», y potencialmente daría lugar a esfuerzos pacíficos de la ONU para la formación de un nuevo gobierno en Bagdad, afirmó.
Según cálculos del Pentágono, «Irak podrá, asistido por otros países, lanzar un misil balístico de medio alcance desarrollado por ellos mismos, hasta una distancia de 1500 kilómetros, para mitad de esta década».
Además, una fuente de inteligencia del Pentágono -que prefirió el anonimato- afirmó ayer que en unos tres años Irak estará en condiciones de atacar a Israel, Turquía y la mayor parte de los países del Golfo Pérsico con un misil dotado con un arma de destrucción masiva.
Estados Unidos tiene 55.000 militares de todas las armas actualmente en la zona del Golfo y en Afganistán, y podría movilizar buena parte a Irak, aun si la operación en Afganistán continúa.
«Una lección»
Bagdad rechaza «las condiciones propuestas por Washington» y anunció que un retorno de los inspectores «no resolverá el problema». Así lo dijo ayer el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, que además declaró ante la TV árabe que el mensaje de Bush anteayer ante la Asamblea de la ONU «está lleno de mentiras y fantasías», y reclamó como condición al ingreso de inspectores el cese del embargo a Irak.
En reacción al ultimátum de Bush, Aziz juró que su país dará «una lección» a Washington si hay un ataque.
«Un regreso incondicional de los inspectores no resolverá el problema entre Irak y la ONU -declaró a la cadena árabe MBC, en Dubai-. Los inspectores quieren quedarse en Irak, es puro negocio entre los expertos y los estadounidenses», agregó. Según la Casa Blanca, esta actitud revela que «es evidente que Irak tiene algo que esconder» estimó ayer el vocero Ari Fleischer.
Aziz, por su parte, dijo a una cadena de TV: «Tenemos la capacidad de defender nuestra patria y los medios de hacerlo; vamos a combatir con valentía y les daremos una lección».
Agencias AP, AFP y Reuters
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