Jéssica Fainsod. DE LA REDACCION DE CLARIN.
Mi familia es de origen libanés, pero nunca hubo discriminación con los judíos. Mi hermano, por ejemplo, está casado con una chica judía. Yo he tenido novias judías. Mis grandes maestros eran judíos. Es tanta la ligazón con la judería, como los llamo con mucho afecto, que con mi mujer, allá por el 85, adoptamos una idishe mame (madre judía)», dice el pianista Miguel Angel Estrella, al entrarle al tema de su nuevo proyecto: una orquesta árabe-israelí.
Se trata de una orquesta de unos 40 jóvenes «seleccionados de los diferentes países involucrados: Israel, Irak, Jordania, Egipto, Marruecos, Argelia y Palestina».
La orquesta fue bautizada por Estrella como Orquesta por la Paz y comenzará los ensayos el 19 de agosto, en París. Durante setiembre, girará por Francia, Bélgica y Luxemburgo, ofreciendo conciertos de música clásica y música popular de Oriente Medio. «Para crear esta orquesta he conseguido mucho apoyo. Económicamente está sustentada por un sheik de Arabia Saudita, el modisto Pierre Berge, la UNESCO, la Municipalidad de París, El Elyseo y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia que garantizará nuestra seguridad en los viajes», dice Estrella, quien no participará como músico, sino «lo haré en calidad de tío».
«Se me ocurrió armar una orquesta con árabes y judíos cuando visité Israel y conocí pequeñas aldeas donde vivían árabes y judíos en paz. No era una luna de miel, pero cohabitaban cordialmente». Aclara que «por el momento, y por razones de seguridad, no viajaremos a Oriente Medio».
«Lo que tenemos previsto, también, es tocar en los lugares que se llaman Cuarto Mundo, que son los bolsones de pobreza de los países ricos. Iremos a las afueras de París con la intención de que el público converse con los músicos. Proyectando, de ese modo, la idea de Música Esperanza: la de hacer que la música sea para todos, sin convenciones ni formalismos. A diferencia de lo que se enseña en los conservatorios, donde te empujan a estar siempre cerca del poder económico y político».
La Fundación Música Esperanza fue creada hace 20 años por Estrella y tiene 52 filiales en todo el mundo. Posee dos casas en la Argentina: en Tilcara (Jujuy) y en Vinará (Santiago del Estero). Allí, entre otras actividades culturales se enseña «alfabetización musical» y se realizan diferentes campañas solidarias en villas miserias y barrios pobres.
«La idea de Música Esperanza nació en una sesión de tortura. Cuando era un desaparecido en Uruguay como parte del plan Cóndor», rememora entre sorbos de café. «Yo le decía a Dios, que tanto Marta, mi mujer, como yo, habíamos elegido a los 25 años ser músicos sociales. Antes de que nos secuestraran íbamos a cantar a algunas villas. Ahí nos dimos cuenta de que la música era universal».