Itongadol.- Las palomas desempeñaron un papel importante en convertir el Néguev bizantino en una región floreciente hace 1.500 años. Esta es la conclusión de un nuevo estudio realizado en el Instituto de Arqueología de la Universidad de Haifa que se publicó en la prestigiosa revista PlosOne.
El estudio, que se concentró en el antiguo asentamiento de Shivta y Saadon, encontró evidencia arqueológica que muestra que los bizantinos en el Néguev no criaban a las palomas como fuente de alimento, sino para fertilizar el suelo y mejorar su idoneidad para la agricultura intensiva.
"Los excrementos de paloma son ricos en fósforo, potasio y nitrógeno, que son vitales para la agricultura y faltan en los suelos del Néguev", explicaron los investigadores. "Los huesos de paloma que encontramos son mucho más pequeños que los de las palomas criadas para la industria de la carne. Junto con los materiales de anidación que encontramos en los compartimentos y su ubicación en el medio de los campos agrícolas, los hallazgos muestran que las palomas se criaron sin una intervención significativa. El papel de los humanos se limitó principalmente a proporcionar protección a las aves."
En los últimos años, se llevaron a cabo extensas investigaciones en los asentamientos bizantinos del Néguev, dirigidos por el profesor Guy Bar-Oz de la Universidad de Haifa. Entre otros objetivos, los investigadores están interesados en comprender cómo los bizantinos lograron mantener un sistema agrícola de base amplia en el desierto hace 1.500 años, y lo que llevó al repentino abandono y eventual colapso de estas florecientes comunidades.
En un estudio publicado hace varios meses, el grupo de investigación presentó evidencia arqueológica importante para la magnitud de la agricultura en el Néguev en este período, basada en los huesos de un roedor llamado Tristram\’s jird, que vive solo en ambientes más húmedos y no se encuentra en el desierto.
El estudio actual, dirigido por el Dr. Nimrod Marom de la Universidad de Haifa y Tel Hai College, en cooperación con el Prof. Bar-Oz y el Dr. Yotam Tepper del Instituto de Arqueología de la Universidad de Haifa y el Dr. Baruch Rosen del Volcani Center, se centró en el estudio de los huesos de las palomas de los compartimentos descubiertos en las zonas agrícolas cercanas a los asentamientos bizantinos.