Itongadol.- Comenzó el ciclo de charlas de “Educación en vida sana y cuidados preventivos” en la Escuela ORT, un programa que se desarrolla en forma transversal año tras año, el cual invita a los padres a tratar temas presentes en la vida de sus hijos, tanto en la casa como en la escuela. El primer disertante fue el Lic. Fernando Osorio, psicólogo especializado en clínica con niños y adolescentes, quien presentó en ambas sedes: “Estados alterados. Los conflictos entre padres e hijos. ¿Qué puede aportar la escuela?”.
Osorio explicó que la angustia que sienten muchos de los jóvenes está provocada por la insatisfacción y el aburrimiento, factores centrales de nuestra época. Pareciera que los adolescentes tienen poca capacidad para vincularse con el entorno y divertirse. “Para resolver este tema no hay nada peor que darles más y más objetos”, aclaró y advirtió que de ese modo “lo único que hacemos es aumentarles la insatisfacción”.
¿Cómo se materializa esa angustia y cómo puede observarse? Con procesos de alteración de la conducta y el comportamiento: dificultades en el aprendizaje, ataques de pánico, trastornos del sueño, aislamiento social o uso de tóxicos, entre otros. “Nada constituye una patología en sí misma, pero las manifestaciones encubren un proceso de angustia”, reveló Osorio.
Entonces, lo primero que debemos hacer es indagar si hay algún proceso que les esté provocando ese malestar y actuar en consecuencia. En base a sus más de 30 años de experiencia con jóvenes, explicó que lo más indicado es brindarles recursos para que transiten su adolescencia de la mejor forma posible y para que estén preparados a la hora de afrontar problemáticas como el alcohol o las drogas: “Es muy probable que sus hijos algún día tengan acceso a algún tipo de sustancia, con lo cual es preferible que lo que hagan conociendo a lo que se enfrentan”.
Para el momento del castigo, Osorio ofreció un claro consejo: “La sanción es palabra. No hay eficacia en sacarle objetos”. Además, especificó que si se aprende a utilizar esta herramienta, luego funcionará como una voz interna cuando los jóvenes tengan que tomar decisiones por su cuenta. Profundizando este concepto, el Licenciado explicó que “darle a nuestro hijo todo lo que pide no es amarlo: es sacárnoslo de encima y esto altera su conducta”, para luego agregar que lo mejor es “intervenir con autoridad, dar respuestas pensadas y evaluadas, no inmediatas. Esto permite poner en práctica la capacidad de tolerancia de los hijos y los prepara para la vida”.
A lo largo de las charlas se generó un rico espacio de reflexión e intercambio acerca de los conflictos actuales, en los que se pensó qué herramientas o recursos puede aportar la escuela y cuáles pueden incorporar los padres en sus hogares.
Para cerrar, el Lic. Osorio puso el foco sobre la importancia de la escucha activa y proyectó un video dónde se detallaba que: “La comunicación con nuestros hijos se produce cuando descubrimos que tenemos algo para compartir con ellos, cuando aprendemos a conocerlos, cuando sabemos que sienten, quienes son y cómo piensan”.
“Si hay algo que los hijos no ponen en riesgo es el amor de los padres. Eso no lo pierda de vista”, concluyó Osorio.