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Estrellas judías se exhiben en el nuevo Museo de Escritores Americanos

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Itongadol.- Cuando el American Writers Museum se inaugure en el segundo piso de un edificio de oficinas en Chicago esta semana, los visitantes judíos podrán encontrarse bien representados. Los nombres judíos aparecen desde una exhibición de "Visionarios y problemáticos" hasta una pared de fama que honra a cien bibliotecarios de letras americanas. El museo es el primero de su tipo en Estados Unidos.

Para sus organizadores, uno de los mayores retos fue elegir a quién incluir, especialmente porque solo hay 100 lugares codiciados en la pared. Para Max Rubin, un miembro del comité de contenido y editor de Library of America, hacer la lista fue una tarea muy complicada; "Por un lado, buscamos el mérito literario inherente. Por otra parte, el significado histórico. Un criterio que el comité impuso fue el de excluir escritores vivos"-

El museo tiene 11.000 pies cuadrados y se siente más como una serie íntima de galerías que una institución imponente. Dentro, un pasaje apodado "Una nación de escritores" destaca eslóganes de anuncio, letras de rap, diálogos de película, y fragmentos de escena junto con pasajes del canon literario estadounidense. La exposición "Visionarios y problemáticos" reconoce a los agitadores cuya escritura presiona a menudo una espina en el lado de la corriente principal.

Mientras que está lleno de contenido, bellamente diseñado, y cuidadosamente ejecutado, el museo fue en realidad un trabajo urgente por los estándares de cultura de negocios. Su narrativa comenzó en 2010, cuando un ejecutivo retirado llamado Malcolm O\’Hagan visitó el museo de los escritores de Dublín en Irlanda. Al regresar a su hogar en Massachusetts, buscó a una contraparte americana, sólo para saber que no existía. O\’Hagan logró recaudar 10 millones de dólares, contratar a un consejo de asesores estelares y ganar el apoyo del alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, cuya ciudad fue elegida por su fuerte tradición literaria y su enorme tráfico turístico.

"La escritura judeo-americana en su fase clásica es, de alguna manera, una literatura de inmigración", detalló Rubin. "Ab Cahan y Henry Roth fueron los principales creadores de historias alrededor de la primera generación de inmigrantes, por lo que era necesario que estén allí", añadió. 

"La ola de escritura judeo-americana después de la Segunda Guerra Mundial reenergiza la novela americana, casando el intelectualismo del mandarín con la charla, discurso de la calle del jazz. Por eso, Bellow es un ejemplo clásico al que tampoco podíamos dejar afuera", contó.

Isaac Bashevis Singer surgió como "un caso fascinante", dijo Rudin. "Aparte de la creatividad increíble de la obra en sí, él trajo un nuevo interés en temas sobrenaturales después de la guerra que rimó con ciertas otras cosas que suceden en la vida americana. Era un realista mágico".

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