Itongadol.- (Por Gabriela Fridmanas, del Comité Central Israelita del Uruguay [CCIU]). “Sepan los amigos judíos que hay una voz que se levanta contra el antisemitismo y esa es la voz de los evangélicos. Sin intereses mezquinos. No solicitando nada a cambio…” (L. Garabedian).
Del 6 al 8 de junio, se realizó en San Pablo el 1º Foro Judío Evangélico de América Latina, organizado por el Congreso Judío Latinoamericano. Nuestro país estuvo representado por el Pastor Louder Garabedian, a quien preguntamos sobre esta experiencia, sobre las corrientes evangélicas que existen en Uruguay y sobre el vínculo entre éstas y la comunidad judía.
En Uruguay existen varias corrientes evangélicas. ¿A cuál de ellas representas tú?
Muy buena pregunta. Para entender el conglomerado y variados matices que adornan la riqueza espiritual de la iglesia evangélica tenemos que señalar a modo de ejemplo que es como si fuera un gran “Bricolaje”. El centro es y será la persona atrayente de Jesús. Alrededor de nuestro gran Referente espiritual se alinean diferentes ”colores y formas” con sus respectivos matices. Pero basados en un mismo espíritu, una misma fe, un solo manual espiritual que guía nuestro caminar, la Biblia. Y sobre todo nuestro Señor Jesucristo. Por tanto en nuestra Alianza Evangélica CREU, la cual presido, se encuentran afiliadas instituciones de servicio social e iglesias. Nosotros cumplimos la función de la representatividad y del posicionamiento ante el gobierno de turno y en la sociedad. Somos la voz del pueblo evangélico. En nuestro país un 9 al 12% se declara cristiano Evangélico.

Louder Garabedian junto al embajador de Israel en Uruguay, Yoed Magen.
También tienes un importante cargo a nivel latinoamericano
Nosotros como Alianza Evangélica CREU pertenecemos a AEL (Alianza Evangélica Latina) y, a su vez AEL, está afiliada a WEA (Alianza evangélica Mundial) es una organización eclesiástica compuesta de 22 países de las Alianzas evangélicas en nuestra América Latina. Desde hispanoparlantes en los EEUU hasta Punta Arenas y España. Se estima que representamos a más menos 130 millones de cristianos evangélicos. El cargo que ocupo en el presente es ser vicepresidente de AEL.
¿Cuál es tu vínculo con la colectividad judía del Uruguay?
Con la querida colectividad judía es algo llamativo del cómo comenzó y se fue profundizando la relación personal e institucional judaico evangélicos. En 2019 la ONG Keren Kayemeth LeIsrael me invitó a un viaje a la Tierra Santa. (ya van dos veces donde fui como invitado por mis amigos de KKL para visitar Jerusalén) Ese fue el comienzo de una relación tan enriquecedora como profunda. Fue tal el impacto en nuestra relación, que la honorable directiva de la Alianza Evangélica del Uruguay invitó al actual embajador Sr. Yoed Magen y su comitiva de la Embajada, junto a diferentes referentes de la comunidad judía en nuestro país, a una recepción en nuestro domicilio particular. En esa ocasión, los honorables directivos de la Alianza Evangélica honramos mediante una placa el reconocimiento a los amigos judíos. A tantas iniciativas por parte de la comunidad judía que se nos ha invitado, concurrimos. Con mi ascendencia armenia me encuentro muy identificado, defendiendo la causa del pueblo israelí.

Louder Garabedian junto a Saúl Gilvich, vicepresidente del Congreso Judío Mundial, y Alberto Wakrat, Coordinador para Uruguay del Congreso Judío Latinoamericano.
¿Qué significó para ti, este Encuentro Judeo Evangélico?
En lo personal reafirmo el claro concepto de una confirmación que en mi espíritu lo sabía bien. Los cristianos evangélicos somos los amigos incondicionales del pueblo de Israel. Junto a todos los evangélicos en nuestra América, oramos por la Paz en Israel. Los aliados de Israel son los evangélicos. Y no los gobiernos de turno. No les quepa la menor duda. Basados en la impronta que el que “bendice a Israel será bendito y el que maldice será maldito“
¿Cuánto crees que aporta en el relacionamiento entre ambas religiones?
Aporta y mucho. A mi amigo el gran Rabino Max Godet le expresé en una ocasión lo siguiente: el sincretismo judío está tan arraigado en algunas iglesias evangélicas por las costumbres judaicas que es una lucha constante de volver a nuestra identidad evangélica basada en la Palabra de Dios, que es nuestro manual de vida. Nuestro único símbolo es la Cruz vacía. En algunas iglesias entras y en vez de observar la bandera nacional te encuentras con la bandera israelí. Por tanto en nuestra identidad no nos identificamos con el sonido del shofar, no con la figura del candelabro, no con el manto, no como símbolo la estrella davidica. Nuestra única identidad Es la Cruz.
¿De los temas abordados, crees puedan volcarse prácticas en nuestro país?
Desde luego que sí. Sepan los amigos judíos qué hay una voz que se levanta contra el antisemitismo y esa es la voz de los evangélicos. Sin intereses mezquinos. No solicitando nada a cambio. Donde en caso necesario se hará escuchar nuestro posicionamiento tanto en lo nacional como en su defecto a nivel internacional. El pueblo de Israel merece vivir en paz. Nuestros valores cristianos son en pro del Estado de las Israel. Rechazamos tajantemente todo ataque verbal y/o hecho violento hacia Israel, donde el Eterno fijó sus ojos en pro de su pueblo amado.
¿Quedaron “tareas” post encuentro?
Según lo establecido en dicho Fórum se creará una mesa consultora de trabajo en los temas de ambas partes para profundizar las relaciones. Como ser: libertad religiosa, derechos humanos, pro vida, etc… Parte de la impronta que Israel precisa ante el creciente irracional antisemitismo. Partimos de la base que para que una amistad perdure a través de los tiempos cada parte cuenta con ingredientes de aceptación y respeto.
Reflexión personal
En lo personal y por mi trabajo, tengo mucha relación con gente judía. Aprendí de ellos el espíritu luchador, integridad e idoneidad con un gran sentido de lealtad. Mi padre me inculcó a bendecir al pueblo judío. Les cuento: a mi abuelo paterno le fue otorgada una medalla por haber concursado ante diferentes competidores por conocimiento del Antiguo Testamento (La Torá) en el año 1962 entregada por el propio Primer Ministro Israelí David Ben-Gurión, medalla que al fallecer mi abuelo me la obsequió. La tengo como gran reliquia. A tal punto que en mi última visita a Jerusalén, al inaugurarse el segundo congreso de líderes evangélicos, se me concedió el honor de inaugurar dicho congreso haciendo uso de la palabra. Llevé la medalla. Me emocioné hasta las lágrimas pues el nieto de Zacarías Garabedian luego de casi 60 años llevó la medalla a la tierra prometida. Mi enseñanza a mis hijos y a los feligreses es la siguiente: cuidado y mucho cuidado con maldecir a Israel. Pues se atenta contra uno mismo. Hay que tener temor de Dios. La promesa sagrada sigue vigente. El que bendice a Israel será bendecido. En el Inigualable Nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Fuente: Comité Central Israelita del Uruguay