Itongadol/Agencia AJN.- En una declaración televisada a horas de que se venza el plazo para posponer la discusión del presupuesto, Netanyahu dice que acepta una oferta de compromiso que aplazará 100 días el debate y evitando nuevas elecciones en Israel. Acusando a Azul y Blanco, con quien comparte la coalición gobernante, de causar la crisis política, señaló al partido de Benny Gantz de no contribuir al manejo de la crisis del coronavirus.
En el inicio del discurso, Netanyahu afirmó que son los de Azul y Blanco los que provocaron la crisis que ahora dice que está evitando. “Este es un momento para la unidad, no para las elecciones”, manifestó, llamando a Azul y Blanco a “detener el gobierno dentro del gobierno” que, según dijo, está atacando constantemente al Likud.
“Tenemos que trabajar juntos para hacer frente a los desafíos que enfrenta Israel, incluyendo la lucha contra COVID y sus consecuencias económicas, frustrando a Irán, reforzando la seguridad y concluyendo nuevos acuerdos de paz. Unámonos y trabajemos juntos por estos importantes objetivos”, agregó.
“Estamos en días históricos. Nuestro acuerdo de paz con los Emiratos Árabes Unidos abre una nueva era de paz en el Medio Oriente”, señaló en la apertura el mandatario, recordando su más reciente logro. “La paz tiene muchos frutos”, expresó, citando los beneficios económicos que traerá el acuerdo para paliar la crisis del coronavirus.
Netanyahu también insta al partido Yamina, de derecha y ortodoxo, a unirse al gobierno.
Ante la consulta de si habrá una nueva crisis dentro de tres meses, y si entregará el puesto de primer ministro a Gantz en noviembre de 2021 como prometió, Netanyahu dijo que no hay necesidad de crisis si el gobierno funciona correctamente.
Después del discurso de Netanyahu, Azul y Blanco planteó su desconfianza respecto al anuncio, explicando que hasta que no se sancione la ley no darán por finalizada la crisis política.
El presidente de la coalición del Likud, Miki Zohar, dijo que el acuerdo de Netanyahu con la propuesta muestra “que pone los intereses de Israel en primer lugar”, y que todas las afirmaciones en sentido contrario eran “tergiversaciones” políticas.