Itongadol/Agencia AJN (Editorial de The Jerusalem Post).- Nos resulta extraño escribir el número 600.
Esos son los días que 58 rehenes, unos 20 de ellos aún con vida, han estado retenidos por Hamás en Gaza desde los catastróficos acontecimientos del 7 de octubre de 2023.
Son 600 días en los que esos rehenes vivos rara vez han visto el cielo, han sufrido tortura física y emocional y se han visto privados de comida, agua y las necesidades humanas básicas, según el testimonio de rehenes que han sido liberados del cautiverio.
Es incomprensible cómo han sobrevivido durante tanto tiempo en tales condiciones y bajo constantes amenazas de Hamás y bombardeos de combatientes de las FDI, que han estado golpeando a Hamás y su infraestructura en Gaza durante 18 meses.
Desde el inicio de la guerra contra Hamás, 148 rehenes han sido devueltos con vida a Israel: 105 liberados durante el alto el fuego de 2023, cinco liberados por Hamás al margen de cualquier acuerdo de alto el fuego, ocho rescatados por las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) y 30 liberados durante el alto el fuego de este año.
También ha habido bajas: en diciembre de 2023, Alon Shamriz, Yotam Haim y Samer Talalka escaparon del cautiverio de Hamás, pero soldados de las FDI les dispararon por error. Y en agosto de 2024, Carmel Gat, Eden Yerushalmi, Hersh Goldberg-Polin, Alexander Lobanov, Almog Sarusi y Ori Danino fueron ejecutados por Hamás cuando rescatistas de las FDI estaban a punto de llegar a ellos.
Es improbable que una operación de las FDI rescate a los restantes rehenes
Tras 600 días, es evidente que la probabilidad de que los restantes rehenes sean rescatados en una operación de las FDI es prácticamente nula. El gobierno espera que la creciente incursión militar en Gaza ejerza una presión adicional sobre Hamás para que acepte la propuesta conocida como el plan Witkoff, propuesta por el enviado para Medio Oriente del presidente Donald Trump, Steve Witkoff.
Sin embargo, Israel y Hamás interpretan el plan de forma diferente. Witkoff afirmó que Israel aceptó la propuesta de Hamás de liberar a 10 rehenes vivos, aceptar un alto el fuego de 60 días en el que tendrían lugar negociaciones sobre el fin de la guerra y recibir a los restantes rehenes vivos al final de esos días.
Hamás supuestamente dice que ha aceptado un plan para liberar a cinco rehenes vivos, cumplir un alto el fuego de 70 días, con garantías estadounidenses de que la guerra terminará y luego liberar a otros cinco rehenes vivos.
Con la mayor gratitud hacia los EE.UU. -tanto bajo el mandato de Joe Biden como bajo el de Trump- por sus esfuerzos para traer a los rehenes a casa, es hora de detener estos planes y negociaciones y avanzar hacia el final del juego.
Después de 600 días, los rehenes se han quedado sin tiempo. Y la nación, destrozada por la guerra, se ha quedado sin tiempo y sin energía. Israel ha devastado a Hamás y destruido Gaza en el proceso. Los expertos militares afirman que Hamás no representará una amenaza letal para Israel por mucho tiempo.
A Israel le interesa negociar el fin de la guerra
Después de 600 días, debemos terminar la guerra y retirarnos de Gaza a cambio de los 58 rehenes. Esas son las únicas negociaciones que deberían tener lugar. Eso es de interés para Hamás, y de interés para Israel.
Dicho esto, si Hamás no está de acuerdo con los planes sugeridos por los EE.UU., apoyados por los países del Golfo, así como por Israel, entonces la guerra debe continuar. Hamás es una organización terrorista y no podemos tratarla como una entidad diplomática legítima.
Si Hamás se reagrupa y resurge como una amenaza letal para Israel, sabemos cómo lidiar con ello. Estamos cansados, pero hemos demostrado durante los últimos 18 meses que nuestras fuerzas de combate y nuestro frente interno están motivados cuando el objetivo y las metas son claros: salvaguardar nuestra seguridad y nuestras fronteras.
Si hubiera una amenaza, la afrontaríamos de frente. Pero ahora, después de 600 días, nuestro foco de atención debe cambiar un 100% hacia los rehenes y terminar la guerra.
Podemos convivir con un Hamás debilitado en nuestra frontera sur y manejar los desafíos si la comunidad internacional no se pone de pie e implementa la promesa que hizo desde el comienzo de la guerra: que Hamás ya no gobernará Gaza.
Sin embargo, no podemos vivir, sanar ni crecer como país si los rehenes permanecen en Gaza e Israel continúa existiendo en condiciones de guerra y se acerca cada vez más a un aislamiento global.
Tras 600 días de noble represalia por el brutal ataque del 7 de Octubre, que ha visto a nuestro enemigo mortal, Hamás, caer de rodillas, solo hay una victoria que importa: el regreso de los rehenes mientras se garantiza la seguridad duradera de Israel.